24 de julio de 2023

Las reglas empíricas aguantaron bien

Ayer les mostré mis gráficos de las noches electorales desde 2004, calculando, a medida que avanza el recuento, cuánto se apartan los partidos de ámbito nacional grandes o medianos de los resultados finales.

A partir de esos gráficos sacaba algunas reglas empíricas. La más útil para una noche como la de ayer, que luego difundí en Twitter:

Los partidos del grupo de derecha tienden a obtener en torno a 16 diputados más, al final del recuento, de los que tienen al comienzo de la noche (en torno al 10% del censo). Si ese patrón se repitiera, y hoy con el 10% del voto escrutado PP+Vox tuvieran 160 diputados o más, sería seguramente un indicio de que acabarían la noche por encima de los 176 diputados que dan la mayoría absoluta. Si están muy por debajo de los 160 diputados, sería menos probable.

También puse en Twitter que por encima del 60% del escrutinio, ninguno de los bloques baja o sube ya más de 5 diputados en sus resultados finales. 

Las dos reglas se cumplieron ayer. Con el 11,3% escrutado (a las 21:09) PP y Vox sumaban 153 diputados. Como ya sabrán ustedes, acabaron con 169. Justamente 16 más. Por otro lado, a las 22:00, con el 63,4% escrutado, PP+Vox tenían 164 diputados (5 menos de los que alcanzaron) y PSOE+Sumar tenían 158 (5 más de los 153 con los que terminó la noche). 

Me alegro de haber acertado, pero evidentemente, no hay que tomarse todo esto muy a pecho. Son regularidades observadas en un número de casos muy bajo, que pueden saltar por los aires en cualquier momento.

De hecho, mucha gente me pregunta por qué hay esos patrones. La respuesta, hasta donde yo sé, como ya he contado más veces, tiene que ver con que los datos llegan a los centros de datos desde los colegios electorales en el orden en el que las mesas van acabando de contar sus votos. Por lo tanto, llegan antes los resultados de las mesas con menos votos que contar, bien porque tienen menos censados (en pueblos o núcleos de población pequeños), bien porque la participación es más baja.Y resulta que en el conjunto de España esas mesas tienen un porcentaje de voto más alto para los partidos de izquierda. Por lo tanto, a primera hora, hay un sesgo favorable a la izquierda que va desapareciendo a lo largo de la noche. Pero esos patrones de comportamiento no tienen por qué ser estables. De hecho ayer yo temía que precisamente por lo anómalo de la convocatoria en julio, con tanto voto por correo, gente de vacaciones... los patrones que explican el sesgo izquierdista de las primeras mesas contadas pudieran verse alterados y podría no cumplirse la regla del 10% + 16 para saber los escaños de derecha. Por el contrario, funcionó de perlas, y los gráficos son bastante parecidos a los de otras noches. Aquí abajo se los dejo. Esperemos no tener que volver a mirarlos en diciembre. 





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