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19 de febrero de 2020

¿Por qué lo llaman tasa si quieren decir impuesto?

A sabiendas de que es un caso perdido, no puedo dejar de escribir una entrada sobre el mal uso por los medios de la palabra "tasa" para referirse a los nuevos impuestos propuestos a las Cortes ayer por el Consejo de Ministros.

Como habrán oído y leído por ahí sienes y sienes de veces, los medios usan el término "tasa Tobin" para el "impuesto sobre transacciones financieras" (que gravaría la compra de acciones de grandes empresas que coticen en la bolsa española), y "tasa Google" para el "impuesto sobre determinados servicios digitales" (que gravará, si se aprueba, la prestación de servicios de publicidad en línea, los servicios de intermediación en línea, y la venta de datos generados a partir de información proporcionada por el usuario).

Pero ninguno de ellos es una tasa. Una tasa es un tipo especial de impuesto tributo que se cobra a un particular a cambio de recibir un servicio público, o de utilizar el espacio público. Por ejemplo, es una tasa lo que pagamos al solicitar la emisión del DNI o el Pasaporte; lo que se paga por tener un vado que prohíbe el aparcamiento delante de la entrada a un garaje; lo que se paga por presentarse a una oposición; lo que pagan los bares y restaurantes por colocar terrazas en las aceras; lo que pagamos cuando hacemos la ITV de un vehículo; o lo que pagamos en un parquímetro para aparcar en las zonas de estacionamiento limitado en las ciudades. En todos esos casos la administración o bien nos presta un servicio (directamente o a través de empresas autorizadas) o bien nos permite ocupar o tener un acceso especial a partes del espacio público.

Aunque las tasas se consideran un tipo de impuestos son tributos, son fundamentalmente diferentes de los impuestos ordinarios, puesto que estos no se pagan a cambio de obtener ningún servicio ni prestación, sino que simplemente se pagan con motivo de realizar una actividad o estar en una situación que refleja capacidad económica de pago. Así, se paga el IRPF por ganar dinero, se paga el IBI por ser propietario de un inmueble, se paga el IVA por hacer una compra, o se paga el Impuesto de Sucesiones por recibir bienes por herencia. Ninguno de esos pagos da derecho a obtener de la administración ningún servicio específico. Simplemente, con ellos se contribuye a la financiación genérica de los servicios públicos, que luego se disfrutan o no dependiendo de las circunstancias de cada caso. Así, si llamo a la policía porque ha habido un robo en mi casa, no me cobran una tasa por ese servicio, pero tampoco me preguntan si estoy al corriente del pago del IRPF o de otros impuestos. Ambas cosas son completamente independientes, aunque obviamente la financiación de la policía venga de una caja a la que contribuyen el IRPF, el IVA, y los demás impuestos. Tampoco, por cierto, contra lo que se piensa a veces en la cultura popular, el conocido como impuesto de circulación da más o menos derecho a circular por las calles y carreteras (para ello tendría que ser nacional, y no municipal). De hecho, su nombre oficial es Impuesto sobre vehículos de tracción mecánica, y es un impuesto por tener un vehículo, como el IBI lo es por tener una casa, y no da ninguna ventaja particular a los que lo pagan en cada ciudad para circular por sus calles, en comparación con los que lo pagan en otros lugares.

Los dos impuestos que promueve ahora el gobierno se cobrarán, como el IRPF o el IVA, a quienes realicen ciertas actividades, sin obtener a cambio ninguna contraprestación ni servicio particular. Simplemente, como con los demás impuestos ordinarios, lo recaudado contribuirá a pagar el conjunto de los servicios públicos.

Llamarlos tasas es confuso e incorrecto, y solo puede entenderse por una perezosa o chapucera copia del término inglés tax, o el francés taxe. Sí, "tasa" es más corto que "impuesto", pero no son términos sinónimos, y por tanto no se pueden intercambiar alegremente.

Para mostrar aún más su indolencia, los medios están reciclando ahora, para el nuevo impuesto sobre servicios digitales, el nombre de "tasa Google", que ya usaron hace años para referirse a una cosa totalmente diferente: el canon incluido en la reforma de la Ley de Propiedad Intelectual de 2014, por el cual los agregadores de noticias que reprodujeran pequeños fragmentos de periódicos y revistas online tendrían que pagarles una compensación económica (que fue lo que llevó al cierre de Google News España, y que luego al parecer no se ha aplicado realmente). La confusión es tan grande que la propia Fundeu, siempre tan cuidadosa, se ha visto arrastrada por ella, y en una nota divulgada ayer sobre el término "tasa Google", confunde el canon del año 2014 con el impuesto cuyo proyecto aprobó ayer el gobierno, que no tiene nada que ver.

En fin, todo indica que a la mayoría de los medios les parece bien llamar tasas a impuestos que no lo son; y en particular llamar "tasa Google" a dos cosas distintas. Evidentemente, los nombres oficiales son largos y enredosos. Pero no es tan difícil pensar alternativas que no sean erróneas ni confusas. Por ejemplo, qué sé yo, "impuesto bursátil" podría valer perfectamente para el impuesto sobre transacciones financieras e "impuesto digital" para el impuesto sobre determinados servicios digitales. Como he dicho al principio, temo que esta sea ya una causa perdida. Pero a veces hay que perseverar en ellas.

Actualización (9 de marzo): gracias al comentario de MH, he corregido el texto para aclarar que no es que las tasas sean un "tipo especial" de impuestos, sino que partenecen, junto a los impuestos, y las contribuciones especiales, a la categoría más amplia de los tributos. Véase el artículo 2 de la Ley General Tributaria.

19 de octubre de 2015

¿El PIB o el crecimiento del PIB?

Me manda Wonka (lector veteranísimo de este blog) este titular de Elmundo.es, ahora mismo en su portada:


En el propio texto de la noticia, un subtítulo insiste:

Es la primera vez desde 2009 que 
el PIB chino cae por debajo del 7%

Realmente sería una noticia muy preocupante que el PIB de China estuviera cayendo, nada menos que un 75 7%, pero, frente a lo que dicen título y subtítulo, no es así. El PIB de China está creciendo, pero más despacio que en el pasado.

Lo que cae es el ritmo de crecimiento del PIB, no el PIB. Pero parece que algunos periodistas piensan que se puede usar "el PIB" como sinónimo de "la tasa de crecimiento del PIB". Sería una elipsis justificada por la economía de lenguaje y la escasez de espacio/tiempo en titulares.

A mí no me acaba de convencer, aunque probablemente sean pocas las personas que al ver esos titulares los entienden literalmente. Por contexto, por lo que sabemos de China, probablemente la mayor parte de las personas que siguen las noticias económicas entienden correctamente lo que se quiere decir, a pesar de que no sea lo que se dice.

¿Es razón suficiente para aceptarlo? No lo veo claro, la verdad. Las elipsis no deberían ser confusas, y esta a mi parecer lo es. Se podría perfectamente haber titulado algo como "El PIB de China crece más despacio en el tercer trimestre" y haber subtitulado algo como "Por primera vez desde 2009 el PIB chino crece menos del 7%". Ambos textos son más claros y más cortos que los usados por Elmundo.es. Eso sí, el numerito del 6,9% queda para el texto de la noticia.


2 de diciembre de 2007

Más billones

Me escribió Rubén hace ya unos días (gracias) con esta cita de El País:
Según publicaba ayer el diario The Independent, Londres y otras 80 ciudades británicas también están debatiendo la posibilidad de imponer esta prohibición para atajar una práctica que sólo en el Reino Unido es la causa de la puesta en circulación de 1.300 billones de bolsas de plástico cada año que, por ejemplo, matan la vida marina.
Pero The Independent en realidad había dicho: "British shops hand out a staggering 13 billion every year." Es decir: las tiendas británicas distribuyen cada año la asombrosa cifra de 13.000 millones de bolsas.

Cómo se ha podido pasar del "13 billion" en inglés a "1.300 billones" en español, es bastante intrigante. Pero ya no cabe alegar sólo la ignorancia linguïstica. El resultado, en todo caso, ha sido multiplicar la cifra real por 100.000. Puesto que el Reino Unido representa algo así como el 5% de la economía mundial, el consumo mundial de bolsas de plástico no pasará, seguramente de unos 260.000 millones. A ese ritmo, el mundo tardaría unos 5.000 años en consumir los 1.300 billones de bolsas de la noticia de El País.

16 de octubre de 2007

De nuevo un mal uso del presente habitual

Buena parte de los casos tratados en Malaprensa tienen un componente numérico claro, por las más diversas razones. Pero también pueden equivocarse los periodistas por un uso inadecuado del lenguaje, y, lo que es más importante, equivocar al lector, por ejemplo, acerca de la magnitud de un fenómeno. Hace ya algunos siglos comenté aquí un par de noticias en las que destacaba un uso erróneo del presente habitual. Este uso del presente sirve para referirse a conductas usuales y acostumbradas, aunque no se estén produciendo en el momento en que se habla. Esta noticia del ABC afirma en su titular:
Tres de cada cuatro médicos son agredidos, insultados o acosados
Lo cual sugiere, efectivamente, un comportamiento usual y acostumbrado.

Sin embargo, en el mismo cuerpo de la noticia, dando razón más ajustada de la nota de prensa de la Fundación CESM que origina la información, se desmiente el titular:
Unos 16.000 facultativos españoles, el 10% de los 160.000 que se encuentran en ejercicio, han sufrido alguna vez una agresión física y tres de cada cuatro padecen amenazas, insultos o acoso.
Es decir, un 10% de los médicos no es agredido habitualmente, sino que lo ha sido alguna vez a lo largo de su carrera médica. La frase en cuestión, de todos modos, vuelve a caer en el vicio que critico, pues lo que se dice en la nota de prensa es, de nuevo, algo muy distinto:
[U]na amplia mayoría (tres de cada cuatro) han recibido una o más veces amenazas verbales...
De todos modos, parece que el periodista no se queda a gusto con la cantidad de alarma transmitida en el titular y en el texto anterior, por lo que, a continuación, nos recuerda:
Estos alarmantes datos, que crecen exponencialmente de año en año, hace tiempo que preocupan a la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos...
¿Exponencialmente? ¿De dónde habrá sacado esa información el periodista? En la nota de prensa se dice que la violencia contra los médicos aumenta "sustancialmente" de año en año. ¿Es lo mismo "exponencialmente" que "sustancialmente"? Yo creo que no: un fenómeno cuantificable puede aumentar sustancialmente sin que necesariamente siga su evolución una curva exponencial. Las Matemáticas, en esto, son muy precisas, y también lo es el DRAE, en su definición de "exponencial":
Dicho del crecimiento: Cuyo ritmo aumenta cada vez más rápidamente
Hay que reconocer, de todos modos, que la mayoría de los periódicos han dado la información usando el tiempo verbal adecuado. Todos, en cualquier caso, han dado por buenas las cifras, sin preguntarse si la Fundación que las presenta, de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos no estará incurriendo en el vicio, éste sí habitual, de hincharlas por mor de mejor defender su posición. La ausencia de un cierto espíritu escéptico, seguramente, no es Malaprensa, pero se echa en falta.