26 de octubre de 2023

¿Cuántos vuelos se van a prohibir en España? Uno o ninguno

Desde el martes venimos asistiendo a un espectacular despliegue de errores, mentiras, y disparates en torno a la supuesta intención del hipotético próximo gobierno de Pedro Sánchez de prohibir algunos vuelos nacionales. Ni los políticos, ni los medios, ni por supuesto los espontáneos en las redes han hecho nada por tener un debate civilizado sobre un asunto que es cuando lógicamente llamativo, aunque solo sea por lo novedoso.

Vamos por partes. Las primeras noticias sobre el asunto las transmite la vicepresidenta Yolanda Díaz, y líder de Sumar, que en la rueda de prensa sobre el acuerdo entre PSOE y Sumar dice lo siguiente: “el tren está llamado a ser el transporte del siglo XXI, por eso hemos acordado que han de acabarse los vuelos cortos inferiores a dos horas y media cuando no haya alternativa al tren” (minuto 43:23 de este video). La señora Díaz es normalmente una buena comunicadora, pero aquí desde luego no tuvo un momento brillante. De hecho, lo que dijo no tiene pies ni cabeza: que se van a eliminar vuelos "cuando no haya alternativa al tren". ¿Qué quiere decir eso? Precisamente, sería cuando se eliminen los vuelos cuando no habría esa alternativa. Cualquier periodista que oyera o viera a la señora Díaz decir eso se tuvo que dar cuenta de que se había hecho un lío y no se había explicado bien. 

Además, un vuelo de dos horas y media permite llegar, desde diversas ciudades españolas, a París, Zurich, Berlín, o Roma. De nuevo, cualquiera que haya prestado una mínima atención al tema, o que se interese por él, sabe que lo que se está discutiendo en Europa es limitar los vuelos que tengan alternativas en tren de parecida duración (teniendo en cuenta tiempos de transporte a, y espera en, los aeropuertos). Obviamente, un viaje en tren a esas ciudades desde España no tendría una duración comparable a la del avión. Habría que enlazar varios trenes y la duración del viaje estaría en muchos casos por encima de las 15 horas.

Era obvio, entonces, que lo dicho por la señora Díaz era un error. La frase de marras se debió pronunciar alrededor de las 13:15 o algo más tarde, puesto que el acto estaba convocado para las 12:30. Casi a la misma hora los medios publicaron el texto del acuerdo de coalición entre PSOE y Sumar, que decía lo siguiente: "impulsaremos la reducción de los vuelos domésticos en aquellas rutas en las que exista una alternativa ferroviaria con una duración menor de 2 horas y media, salvo en casos de conexión con aeropuertos-hub que enlacen con rutas internacionales." Fíjense: se "impulsará" la reducción (no se prohibirá), solo de vuelos domésticos, solo si hay alternativa en tren de 2 horas y media (no si el vuelo dura dos horas y media, obviamente), y sólo si no se trata de conexiones con rutas internacionales. 

Esta última coletilla es esencial, porque en realidad, seguramente ya ahora, sin que nadie tome ninguna medida legal para evitarlo, muy poca gente vuela entre ciudades con alternativa en tren en 2 horas y media. La mayoría de los pasajeros en vuelos entre Madrid y Valencia, Alicante, Sevilla o Málaga son seguramente personas que van a tomar en Madrid otro vuelo con destino internacional o intercontinental o que vienen de él. Sin esos pasajeros en conexión la oferta de vuelos en esas rutas sería ya seguramente mínima, porque el tren es más fiable, igual o más rápido (contando los traslados y esperas en el aeropuerto), aunque no siempre más barato (con la competencia también empieza a serlo).

Pero precisamente, si esas rutas a o desde Madrid, donde ya el número de vuelos y pasajeros en avión es mucho menor al del tren, quedan excluidas, ¿cuáles serían las afectadas por la medida propuesta? Francamente, no se me ocurren. Todas las rutas en tren en las que puedo pensar, que duran menos de dos horas y media, entre ciudades conectadas por avión, son con destino u origen en Madrid. De Barcelona a Valencia se tarda más (aparte de que Barcelona también se podría contar como "aeropuerto-hub"). No hay vuelos, que yo conozca, desde Málaga, Sevilla, Valencia o Alicante, a ciudades (distintas de Madrid), a las que se pueda ir en tren en menos de dos horas y media. En definitiva, la medida propuesta parece que afectaría a un total de cero vuelos.

Lo cual, sin embargo, no impidió la pequeña tormenta en un vaso de agua que se desató desde el martes, primero por la inapropiada difusión por los medios del video con la embarullada frase de Yolanda Díaz (cuando era obvio que era un lapsus, una torpeza más propia de burla, tipo "es el vecino el que elige el alcalde y es el alcalde el que quiere que sean los vecinos el alcalde"); luego por las noticias, redactadas supuestamente con más calma, pero igualmente oscuras, hablando de prohibiciones, donde no las hay, y omitiendo la referencia a los vuelos de conexión (El Plural, La Razón, Abc 1, 2, 3, 20Minutos, La Vanguardia, Antena3). Y finalmente, por opinadores de todo tipo, incluyendo responsables políticos de cierto nivel, que se lanzaron a quejarse de una medida que no existía, en algunos casos incluso tomando al pie de la letra, de buena o mala fe, lo de los vuelos de dos horas y media, y quejándose de que se pretendía prohibir todos los vuelos peninsulares (Ayuso, Sanz, alcalde de Sevilla, Barcala, alcalde de Alicante).

Algunos medios sí que han explicado bien que la medida, tal y como está formulada, afectaría a poquísimos vuelos, pero me temo que esto se ha perdido entre el barullo. Lo que tiene su gracia porque en realidad, aquellos que quieren buscarle las cosquillas al acuerdo de gobierno, podrían hacerlo subrayando que el anuncio era un engaño para ecologistas despistados, y que en realidad nada va a cambiar. Pero supongo que vende más anunciar males terribles para la economía, que torpezas o trampantojos de los gobernantes.

20 de agosto de 2023

¿Tiene Madrid la mayor isla de calor del mundo?

Vengo viendo en mis redes sociales muchas referencias a un estudio que al parecer ha determinado que Madrid padece la mayor isla de calor del mundo. La isla de calor es el nombre que se le da en estudios del clima a la diferencia de temperatura entre zonas urbanas y zonas no urbanas cercanas, que tiende a darse sobre todo a la tarde o la noche, cuando superficies artificiales que han absorbido calor durante el día (cemento, asfalto, ladrillo, azulejo), emiten radiación y hacen que la temperatura del aire baje menos que en zonas con menos presencia de ese tipo de materiales (zonas con vegetación, cursos de agua, cultivos, parques...).

Pues bien, según un titular de Madridiario, Madrid tendría la mayor isla de calor del mundo. También titula así BusinessInsider. Lo mismo que dice Antena3, aunque no en el titular. Lo comenta la subdirectora de El Periódico. En las redes sociales lo difunden científicos, activistas-políticos, periodistas. Otros medios, más comedidos, se limitan a decir que Madrid tiene una isla de calor mayor que algunas otras ciudades importantes, como Londres, Nueva York, Bombay, El Cairo y Los Ángeles.

Todos se refieren al estudio titulado en inglés "Urban Heat Snapshot", en español "Instantánea Global del Calor Urbano", publicado por la consultora ARUP, especializada en temas de sostenibilidad. La referencia al "snapshot" o la "instantánea" en el título no es trivial, porque el estudio (es cortito y se puede descargar gratis en su página) no pretende ser un estudio exhaustivo de muchos lugares del mundo, y de largo plazo. Es más bien una ilustración, un ejemplo, de cómo se puede estudiar el efecto de la isla de calor urbano usando una herramienta desarrollada por ellos, UHeat, para detectar con satélites tanto la temperatura del aire como las características físicas del terreno, en toda la ciudad, ponerlos en relación y construir modelos que permitan prever cuál sería el efecto de determinadas intervenciones.

De hecho buena parte del texto se orienta a hablar de esas intervenciones, de cómo se pueden gestionar las ciudades para reducir el efecto de isla de calor. Y luego ilustran cómo funciona su herramienta UHeat para estudiar el efecto de isla de calor, en seis ciudades, en un solo día (en cada una, el más caluroso de 2022). Y sí, en la tabla correspondiente, Madrid parece que tiene los datos peores, por poco, ya que dicen que tiene un efecto de 8,5ºC, frente a los 7 de Bombay o los 5ºC de Los Ángeles o El Cairo, y los 4,5ºC de Londres o Nueva York (no se explica bien cómo se calcula, porque en la misma tabla se da la diferencia entre el punto más cálido y más fresco de las ciudades y los valores son otros: 8ºC tanto en Bombay como en Madrid, 7ºC en Londres, 6ºC en El Cairo, 5ºC en Los Ángeles y 4,5ºC en Nueva York).

En todo caso, junto a la tabla, al presentar los datos resumidos de la seis ciudades, dicen, literalmente, esto: "Our survey is not intended as a score card, but to provide a snapshot of how digital tools can be used to better understand a city’s urban heat island hot spots." Es decir: "Nuestro estudio no pretende ser una hoja de calificaciones, sino proporcionar una instantánea de cómo pueden utilizarse las herramientas digitales para entender mejor los puntos calientes de la isla de calor urbana de una ciudad".

Justo lo contrario de lo que hacen todos los que leen esa tabla como si realmente fuera una clasificación. Con ese estudio no se puede decir que Madrid tenga ni la mayor isla de calor del mundo, ni siquiera la mayor de esas seis ciudades, porque una medición de un solo día obviamente no permite, como dicen los autores, hacer una clasificación, ni era esa su intención. Pero el bulo ya está rodando, me temo que imparable, y seguro que acaba en el argumentario político. Atentos a sus pantallas.

25 de julio de 2023

Que noooo, que la participación no ha subido cuatro puuuntos

Uno tiene la inocente creencia de que hay ciertos errores que los medios dejarán de cometer, cuando se les advierte una vez tras otra de que lo están haciendo mal. No digo que en algunos campos no pase. Pero mi experiencia me dice que algunos errores muy sencillitos nunca dejan de repetirse. 

Por ejemplo, este, que he comentado ya muchas veces, incluso cuando colaboraba en la radio: cada noche electoral los medios comparan erróneamente las estadísticas de participación de los resultados provisionales, que solo incluyen a los votantes residentes en España (hayan votado presencialmente o por correo) con la participación en los resultados definitivos de la elección anterior, que incluyen los votantes "residentes ausentes" (los que votan desde fuera e España), y que es siempre más baja que la de los resultados provisionales (porque los que viven fuera votan mucho menos que los que vivimos en España).

Así, por ejemplo, en noviembre de 2019, al acabar la noche electoral, con los resultados provisonales, la participación quedó en un 69,87%, mientras que en los resultados definitivos, incluidos el censo y los votantes desde el extranjero la participación quedó en un 66,23%.

En la noche del domingo la participación en los resultados provisonales quedó en un 70,40%. La comparación correcta es con los resultados provisionales de noviembre de 2019, lo que daría un aumento del 0,53%. 

¿Y qué han contado los medios?

El País: La participación sube cuatro puntos impulsada por el voto por correo

RTVE.es: Participación en las Elecciones Generales 2023: supera el 70%, cuatro puntos más que en 2019

Abc.es: La participación se sitúa por encima del 70%, casi cuatro puntos más que en 2019

Expansión: La participación electoral en España llega al 70,18%, casi cuatro puntos más que en 2019

La Razón: Cuatro puntos más de participación que en 2019 [curiosamente a pesar de publicar un gráfico con el dato correcto, de la participación provisional, en 2019]

Y otros cuantos más, supongo. Seguro que alguno lo ha contado bien, y yo no lo he encontrado. Avísenme si lo ven, para felicitarles.

En fin, que no es tan complicado, que solo hay que mirar los propios archivos, para ver qué se publicó en la noche electoral anterior... Pues no hay manera.

24 de julio de 2023

Las reglas empíricas aguantaron bien

Ayer les mostré mis gráficos de las noches electorales desde 2004, calculando, a medida que avanza el recuento, cuánto se apartan los partidos de ámbito nacional grandes o medianos de los resultados finales.

A partir de esos gráficos sacaba algunas reglas empíricas. La más útil para una noche como la de ayer, que luego difundí en Twitter:

Los partidos del grupo de derecha tienden a obtener en torno a 16 diputados más, al final del recuento, de los que tienen al comienzo de la noche (en torno al 10% del censo). Si ese patrón se repitiera, y hoy con el 10% del voto escrutado PP+Vox tuvieran 160 diputados o más, sería seguramente un indicio de que acabarían la noche por encima de los 176 diputados que dan la mayoría absoluta. Si están muy por debajo de los 160 diputados, sería menos probable.

También puse en Twitter que por encima del 60% del escrutinio, ninguno de los bloques baja o sube ya más de 5 diputados en sus resultados finales. 

Las dos reglas se cumplieron ayer. Con el 11,3% escrutado (a las 21:09) PP y Vox sumaban 153 diputados. Como ya sabrán ustedes, acabaron con 169. Justamente 16 más. Por otro lado, a las 22:00, con el 63,4% escrutado, PP+Vox tenían 164 diputados (5 menos de los que alcanzaron) y PSOE+Sumar tenían 158 (5 más de los 153 con los que terminó la noche). 

Me alegro de haber acertado, pero evidentemente, no hay que tomarse todo esto muy a pecho. Son regularidades observadas en un número de casos muy bajo, que pueden saltar por los aires en cualquier momento.

De hecho, mucha gente me pregunta por qué hay esos patrones. La respuesta, hasta donde yo sé, como ya he contado más veces, tiene que ver con que los datos llegan a los centros de datos desde los colegios electorales en el orden en el que las mesas van acabando de contar sus votos. Por lo tanto, llegan antes los resultados de las mesas con menos votos que contar, bien porque tienen menos censados (en pueblos o núcleos de población pequeños), bien porque la participación es más baja.Y resulta que en el conjunto de España esas mesas tienen un porcentaje de voto más alto para los partidos de izquierda. Por lo tanto, a primera hora, hay un sesgo favorable a la izquierda que va desapareciendo a lo largo de la noche. Pero esos patrones de comportamiento no tienen por qué ser estables. De hecho ayer yo temía que precisamente por lo anómalo de la convocatoria en julio, con tanto voto por correo, gente de vacaciones... los patrones que explican el sesgo izquierdista de las primeras mesas contadas pudieran verse alterados y podría no cumplirse la regla del 10% + 16 para saber los escaños de derecha. Por el contrario, funcionó de perlas, y los gráficos son bastante parecidos a los de otras noches. Aquí abajo se los dejo. Esperemos no tener que volver a mirarlos en diciembre.