9 de mayo de 2005

La universidad crédula

Creo que fue el gran Randi el que dijo que a veces los científicos son muy crédulos, y que todos los charlatanes que simulan tener poderes prefieren mil veces una audiencia de científicos que de magos, ya que estos tienen mucha más malicia.

Algo de esto debe haber en la credulidad, para mí espectacular, con la que el mundillo universitario español (lo de la "comunidad universitaria" es un término políticamente correcto que me niego a utilizar) se ha tragado el cuento de que la adaptación al Espacio Europeo de Educación Superior (el llamado "proceso de Bolonia") nos obliga a reducir el número de carreras, para "armonizarnos" con Europa. Es un cuento cuyo origen no puedo precisar, pero que lleva años rondando por las altas jerarquías académicas españolas, tanto con el PP como con el PSOE, sin que tenga el menor fundamento. Y sin embargo, rectores, decanos, profesores, políticos, sindicalistas y tutti quanti se lo han tragado sin rechistar. Y por supuesto, la prensa toda, como en el artículo de portada de El País(€) del viernes pasado, y decenas de ellos en los últimos años.

Es una prueba más de la fuerza del mito de "Uropa" en España. La misma universidad española que se levantaba en masa contra el proyecto de ley del gobierno del PP (que, a fin de cuentas, había sido elegido y tenía mayoría absoluta), se somete a los (supuestos) mandatos de "Bolonia", aunque a más de uno le parezcan disparatados, sólo porque, como viene de "Uropa", creen que nada se puede hacer ante ellos.

Lo más divertido es que no vienen de Europa. Por dos razones. Primero, el proceso de Bolonia no tiene ninguna fuerza legal. No hay directivas, ni tratados internacionales, ni nada. La declaración de Bolonia es un acuerdo informal de ministros de educación (en nuestro caso, lo firmó un secretario de estado) al que se han ido adhiriendo países, que sólo les "obliga" en la medida en la que ellos mismos lo vayan determinando, y hasta donde, con su buen juicio les parezca oportuno.

Segundo, y más importante. La interpretación que se ha hecho en España del acuerdo es en muchos aspectos contraria a la que se hace en otros países, y en mi modesta opinión, opuesta a sus propios principios. Me podría pasar muchas horas escribiendo sobre esto, pero me concentraré (por hoy) en el punto de la reducción de las carreras, de 140 a 77, según la última propuesta que anda circulando, por lo que parece, según la noticia arriba citada. Eso, simple y llanamente, no es un mandato de Bolonia, como se puede demostrar por dos vías. Por la lógica y por al empírica.

La lógica: si Bolonia obligara a reducir y armonizar los títulos, para que supuestamente fueran similares u homogéneos ¿no debería esto hacerse coordinadamente entre todos los países participantes? Pero no es así como se está haciendo aquí: la propuesta de reducción de títulos que se está discutiendo ahora es un proceso solamente español. ¿Cuál será el siguiente paso? ¿Proponer a todos los europeos que adopten nuestra lista de 77 carreras? ¿O quizá, dentro de 2 ó 3 años, hacer una segunda ronda de armonización, esta vez sí europea, de modo que las carreras en España cambien dos veces en un lustro? Es absurdo.

Pero además es que en otros países simple y llanamente no están haciendo, ni tienen intención de hacer, tal reducción de carreras. Así, en la página web de la HRK alemana (más o menos, el equivalente a nuestro consejo de universidades) puede visitarse su lista de títulos, con una enorme diversidad de ellos, incluso entre los adaptados al proceso de Bolonia (que "impone" una estructura de dos ciclos, con un título inicial que debe tener reconocimiento como estudios terminados, idealmente suficientes para incorporarse al mercado laboral). Por ejemplo, en mi área, existen programas de Bachelor (el título corto de 3 ó 4 años), ya adaptados por tanto, en Social Education, Social Management, Social Studies, Social Sciencies, Social Work, Sociology...

En Francia, la patria del racionalismo y la uniformidad, su informe recién presentado (enero de 2005) sobre la aplicación del principio de Bolonia dice nada menos que esto (perdonen la cita larga, pero la cosa lo merece):
Historically, the French system is based on the ‘habilitation’ concept, which means the ex-ante licence given by the State to allow autonomous institutions to award degrees with a State-guaranteed value.

This notion of ‘national degree’ makes a consensus in France. It was therefore pointless to give it up. But, the Bologna process and so the L-M-D process (‘licence – master – doctorat’) allowed an important evolution of the French conception about ‘habilitation’. What mattered first was to reconcile ‘institutional autonomy’ with ‘State habilitation’ in a modern way.

From now on, in the L-M-D scheme, institutions’ proposals are freed from any constraint : there isn’t any degree definition at the national level anymore, which means a definition set as a norm (contents, duration ...).

Regulation is exclusively done by evaluation.
....
Evaluation in France is considered an assessment of the quality of the study programmes content : quality of study programmes in relation to objectives looked for, quality of training teams, quality of the student integration into the labour market, etc ...
...
Therefore, in the framework of a regular evaluation, institutions design their plans for study programmes or degrees which may :
* either belong to an already agreed on experience with results to be presented,
* or be based on new projects which must be justified both on the grounds of their own interests and of the institutional capacity to implement them.
...
On the basis of the national evaluation, the State makes the ‘habilitation’ decisions for a maximum period according to the regularity of the assessments to be done. This period may be shorter though if it seems necessary to implement recommendations from evaluations quickly.
Más abajo añade:
As we saw, all the higher education institutions are already or will be soon involved in the LM-D process. But while ‘grandes écoles’ are mainly concerned with the new Master degree, even the Doctorate when their research strengths are enough, universities for their parts are the only ones to award degrees at the three levels L-M-D. Which, with each ‘national curriculum framework’ given up, led them to think over again, freely and utterly, their own offer of training courses and learning paths to be provided to students. In that sense, the Bologna Process did strengthen the higher education institutions’ autonomy and capacity foraction.
O sea, que de lista nacional de títulos, con contenidos similares, rien du tout. Y más, sobre las cosas a las que Bolonia nos "obliga":
For the first time, a higher education reform was not ‘forced’ on institutions but only ‘proposed’ to them, since institutions are allowed to keep the previous system. This original method obtained results beyond any hope,creating within the French higher education an unprecedented taste for the European process.
En fin, la página oficial del proceso de Bolonia contiene los informes nacionales de todos los países, donde pueden ustedes indagar a sus anchas. Pero creo que los dos ejemplos que ya he presentado son suficientes para probar que el proceso de Bolonia como tal no obliga a reducir la lista de títulos, como las dos últimas administraciones educativas españolas han hecho creer, por motivos que se me escapan, a la prensa (eso no sorprende) y a todo el mundillo universitario (esto sorprende un poco más).

Y así, parece que el gobierno, el consejo de universidades, y no sé cuántas instituciones más, van a aprobar en breve una lista reducida de títulos, cuyos contenidos luego se especificarán y detallarán en el BOE, convirtiéndonos en más jacobinos que Francia. Todo esto, se supone, para hacer la universidad más flexible, dinámica, adaptada a las condiciones de cambio rápido de la sociedad del conocimiento, y todas esas cosas. Puffff.

Comentarios hasta el 27-12-09

Uff, menos mal que empiezo a entender algo, al menos entiendo que no me lo han contado bien, porque no era capaz de entender de qué iban los tiros según los narraba la prensa.

Estoy muy impresionado. Yo también formaba parte de los que se lo habían tragado enterito, y estaba convencido del carácter "obligatorio" de Bolonia.

Por suerte, hasta la fecha, la mayoría de Escuelas de Ingeniería (en mi caso, Caminos) se han mostrado reacias, por decir algo, a adoptar Bolonia. Espero pues que sigan manteniéndose firmes, aunque las ingenierías son las que seguramente menos riesgo corren de desaparecer en la nueva lista. Algunos cambios sustanciales habrá, sin embargo: el muy querido "aparejador" será sustituido por "ingeniero de construcción", incrementándose la tendencia a devaluar el término "ingeniero" (dentro de poco, los basureros serán "ingenieros del camión de la basura", con todos mis respetos por la profesión).

Por lo que yo sé, Bolonia la van a usar los nostálgicos del Plan Antiguo de 6 años para reinstaurarlo, llamando "ingeniero civil" al título internacional de 4 años, e "ingeniero de caminos" a la vieja usanza a lo que fuera se llamará "master", de 6 años.

Para Edu: La universidad no "produce" queridos aparejadores desde hace... ¡unos 35 años!, hacia 1970 en que se graduarían los últimos del plan anterior al de 1966 (si no recuerdo mal), que reguló los nuevos planes de estudios y los títulos de las carreras técnicas de grado medio, pasando desde entonces a denominarse "arquitectos técnicos" a los anteriores aparejadores e "ingenieros técnicos" a los anteriores peritos. ¿Será quizá que el nuevo cambio que anuncias, de arquitecto técnico a ingeniero de la construcción esté promovido por los arquitectos "no técnicos", por sentir que la existencia del mismo titulo con el calificativo de técnico devalúa el término principal de arquitecto, y que es más lógico que sean ingenieros, porque entiendan que estos tienen menos "status"?. Al final resultará que lo mejor será volver a la denominación antigua para, sin tener que calificar -"a la baja" y devaluándolos- otros titulos de más relieve, hacer cierto lo de "los queridos aparejadores"...

Bueno, pues ahora se les llama arquitectos técnicos (de hecho nunca supe la diferencia, gracias por explicarlo). En el mundo profesional, sin embargo, todo el mundo les sigue llamando aparejadores, por años que haga que se extinguió la denominación oficial. Cierto es que el mundillo es muy reacio a evolucionar, y aún están con quilos y centímetros cuadrados en lugar de pascales...
Pero por lo menos no se les llama ingenieros (confiriéndoles así supuesta capacidad en ámbitos dónde sólo los ingenieros tienen competencia). Quizás efectivamente los arquitectos no quieren compartir el nombre y quieren devaluar el término "ingeniero". Los antiguos peritos se llaman "ingenieros técnicos", sí, pero "de obras públicas", no "de caminos", por lo que la distinción queda más clara. Lo de los queridos "aparejadores" pretendía ir con sorna, pero ciertamente son una profesión buscada por su escasez.

Una idea: alguien ha mirado los "nuevos planes" de estudios adaptados a Bolonia que se pretenden implantar en España???? En todos los que he mirado, Ingenierías que es lo que me afecta, hay un Master de "especialización" después de la carrera, y eso son €€€€ directos a la saca de la Universidad (llamemoslo financiación directa, regulable y sin intermediaros). Por eso hay tanto interes en "adaptarse a Bolonia".

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