Hace unos días los medios españoles informaron de un ranking de la mortalidad causada por la contaminación en las ciudades europeas. Estos fueron algunos de los titulares, ordenados de más a menos alarmantes:
El Periódico: Madrid es la ciudad europea con más muertos causados por la contaminación
El Mundo: Madrid y Barcelona, a la cabeza en mortalidad por contaminación prevenible
20 Minutos: Madrid y Barcelona, entre las ciudades europeas con más muertos por polución
La Vanguardia: Madrid, la ciudad europea con mayor mortalidad por la contaminación del tráfico
Eldiario.es: Madrid es la ciudad europea con más mortalidad debida a la contaminación de los coches
Ya de primeras salta a la vista la diferencia entre los tres primeros, que hablan de muertes o mortalidad por contaminación, sin más, y los cuatro últimos, que especifican que Madrid está a la cabeza en la mortalidad causada por un cierto tipo de contaminación (la del NO2, asociada al tráfico). Es un "matiz", como veremos más abajo, gigantesco.
También es llamativo que solo El Mundo y 20 Minutos incluyan a Barcelona en el titular, teniendo en cuenta que en la lista hay dos medios que se editan en esa ciudad, y prefirieron no hacerlo.
La discrepancia en los titulares indicaba que algo estaba mal... Pero no me imaginaba cuánto. Todos son en realidad problemáticos, y algunos son abismalmente erróneos.
Veamos por qué. Todas estas noticias provienen de un ranking difundido por el Barcelona Institute of Global Health (ISG), y derivado de un estudio de investigadores del propio centro publicado en la revista científica The Lancet Planetary Health.
El estudio calcula cuántas muertes se podrían evitar en 1.000 ciudades europeas, agrupadas luego en 858 ciudades o áreas metropolitanas, si se redujese la presencia en el aire de dos contaminantes que se consideran especialmente dañinos: las partículas en suspensión de menos de 2,5 micras de diámetro (PM2,5), y el dióxido de nitrógeno (NO2). Para cada ciudad han estimado por separado, para cada uno de esos dos contaminantes, cuántas muertes se evitarían en dos supuestos: si su presencia bajara hasta los niveles recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y si su presencia bajara, aun más, hasta el nivel más bajo encontrado en alguna de las ciudades incluidas en el estudio.
La estimación para la suma de todas las ciudades es que si los niveles bajasen hasta los valores recomendados por la OMS, se podrían evitar unas 51.000 muertes causadas por las PM2,5 y unas 900 muertes causadas por el NO2. En el caso de mejorar hasta los niveles de las ciudades menos contaminadas, las reducciones serían, respectivamente, de 125.000 y 79.000 muertes. Como puede verse, las muertes evitables asociadas a las partículas son muchas más que las muertes evitables asociadas al dióxido de nitrógeno. Es importante retener esta diferencia para lo que vendrá a continuación.
La web del ISG parte del estudio para ordenar, en dos rankings, las ciudades con más mortalidad evitable por partículas, y las ciudades con más mortalidad evitable por dióxido de nitrógeno. La Tabla 1 presenta las 10 ciudades que encabezan cada uno de los rankings.
A primera vista parecería que los rankings están mal hechos, porque el número de muertes no tiene un orden decreciente. Pero no es así. Aunque en la web no se explica con detalle la fórmula utilizada, el ranking se basa en la mortalidad, es decir en la relación entre el número de fallecidos y la población (calculada de una manera compleja que explicaré más abajo). Lo cual, obviamente, tiene toda la lógica, ya que, a igualdad de otras condiciones, habrá más muertos en las ciudades más grandes y eso distorsionaría un ranking donde lo que se quiere ver es el efecto de la contaminación independientemente del tamaño de la ciudad.
Estos son los rankings que recibieron los medios españoles la semana pasada, y con ellos hicieron sus noticias y titulares. Como puede verse, en efecto, Madrid encabeza el ranking de la mortalidad evitable por NO2, lo que parece dar por buenos los titulares de Abc y El País, que dicen expresamente que Madrid está a la cabeza en la mortalidad por dióxido de nitrógeno, y los de La Vanguardia y Eldiario.es que hablan de la mortalidad por tráfico (que se considera que es el principal contribuyente a la contaminación por NO2).
La cuestión discutible, en este caso, es si Barcelona debería haber sido incluida en el titular. Lo cierto es que los cuatro medios la mencionan en subtítulos o en el primer párrafo, pero aún así cabe preguntarse, especialmente para los medios de Barcelona, si la diferencia entre el el primer y el sexto puesto en un ranking de 858 ciudades, en el que además no sabemos exactamente cuál es el valor del indicador utilizado para ordenarlas, ni por tanto cuál es la diferencia entre el primero y el sexto puesto, justifica la omisión.
En realidad, aunque esa información no está disponible en la web del ranking, en el artículo académico en el que se basa se puede ver que, aunque ordenaron las 858 áreas metropolitanas en los dos rankings mencionados, prefirieron no dar un número de orden a cada una de ellas, y solo numeraron los clusters o grupos de ciudades con valores cercanos entre sí. En el ranking del dióxido de nitrógeno el primer cluster agrupa, precisamente, a las seis primeras ciudades, con lo que Madrid y Barcelona estarían, prácticamente, "empatadas". Es decir, que destacar en titulares a Madrid como "la primera" y relegar a Barcelona a un subtítulo como "la sexta" implica caer en la falacia del medallero, en la que se le da más importancia a la posición en el ranking, que a la diferencia entre valores.
¿Son mejores, entonces, los titulares de El Mundo o 20 Minutos, que incluyen a las dos ciudades? No, ni mucho menos, porque lo que ganan por ahí lo pierden, en un error mucho menos discutible, y catastrófico, que comparten con El Periódico (que menciona solo a Madrid), al hablar de la posición en el ranking de mortalidad por dióxido de nitrógeno como si fuera la posición por la mortalidad por todo tipo de contaminación (dejando a un lado, además que El Periódico y 20 Minutos hablan de "muertos" en lugar de "mortalidad").
Y es que, como hemos visto antes, la mortalidad estimada por partículas es muchísimo mayor que la mortalidad por dióxido de nitrógeno: en el total de ciudades estudiadas, 51.000 frente a 900 muertes. Y resulta que en el ranking de mortalidad por las partículas, Barcelona ocupa la posición 157, y Madrid ocupa la posición 551, por lo que resulta imposible que ninguna de las dos esté en un puesto muy alto en un ranking de la mortalidad causada, conjuntamente, por ambos tipos de contaminación.
Lamentablemente, ni la web, ni el artículo académico hacen ese ranking conjunto, ni es posible calcularlo facilmente, ya que los rankings se basan en una puntuación que combina (con un análisis de componentes principales), para cada contaminante, los valores de seis indicadores: mortalidad evitable estandarizada por edad por 100.000 habitantes, porcentaje de las muertes prematuras evitables y años de vida perdidos por 100.000 habitantes, tanto para el supuesto de llegar a los niveles recomendados por la OMS como para el supuesto de llegar a los niveles de contaminación más bajos registrados.
Pero con algo de esfuerzo, y algún tejemaneje informático, he conseguido calcular un remedo de lo que sería el ranking de las ciudades por mortalidad conjunta causada por las partículas y por el dióxido de nitrógeno, sumando los valores de de los dos contaminantes para uno de esos indicadores, el de la mortalidad por 100.000 habitantes, para el supuesto de reducción de la contaminación a los niveles recomendados por la OMS. Los primeros puestos aparecen en la Tabla 2.
Como era de esperar, debido a la enorme diferencia entre el número de fallecidos atribuidos a las partículas y al dióxido de nitrógeno, se repiten, con algún cambio de orden, nueve de las diez ciudades que encabezaban el ranking de mortalidad por partículas, y no hay ni rastro de las que encabezan el ranking de mortalidad por dióxido de nitrógeno.
De hecho, esas diez ciudades ocupan en el ranking conjunto las posiciones que aparecen en la Tabla 3.
Con la excepciónd de Milán y Turín, todas ellas están en posiciones bastante bajas en la tabla. Y en particular, lo que son las cosas, Barcelona está bastante más arriba que Madrid, con casi el doble de mortalidad por 100.000 habitantes. Y Madrid, en concreto, está en la posición 398.
Da un poco de vergüenza ajena releer ahora algunos de los titulares del principio:
El Periódico: Madrid es la ciudad europea con más muertos causados por la contaminación
El Mundo: Madrid y Barcelona, a la cabeza en mortalidad por contaminación prevenible
20 Minutos: Madrid y Barcelona, entre las ciudades europeas con más muertos por polución
Todo mentira, y de las gordas.
Y de hecho, los otros medios, aunque no mienten espectacularmente en los titulares, como estos, tampoco tienen demasiada defensa, porque deciden centrar la noticia en la parte menos relevante de la información (el ranking por el contaminante que mata mucho menos), seducidos simplemente porque en él ocupan posiciones llamativas Barcelona, y sobre todo Madrid.
Se "olvidan" así de contar a sus lectores que Barcelona está bastante peor que Madrid en mortalidad por contaminación, que ni una ni otra son de las peores de Europa, y que en en fin, gracias al estudio tenemos estimaciones de mortalidad para más de 90 ciudades españolas (Tabla 4), que al parecer no son importantes porque no están entre las primeras 10 posiciones de ningún ranking.
Como dice un buen amigo, ¡qué bien todo!
Una verdadera sorpresa! Siempre pensé que las ciudades bien "ventiladas" por el mar tendrían menos incidencia. Menos sorpresa me causa la poca información de la prensa. Gracias Josu! Buen trabajo
ResponderEliminarNo me creo que la ciudad de Cádiz, rodeado de agua, sin montañas y vientos casi continuos sea la la tercera.
ResponderEliminar¿Qué significa eso de "(metro)"? ¿Se refiere al área metropolitana en vez del municipio?
ResponderEliminarSí, así es. Creo que se deduce fácilmente del texto
EliminarPobres investigadores. Metiendo horas y en un minuto un "plumilla" manda al carajo sus investigaciones.
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