23 de abril de 2004

Asusta que algo queda

En El Mundo (acceso gratuito) y El País (de pago) de ayer, y supongo que en muchos otros medios, se recogía la noticia de la creación por Anesvad de una página web contra la pornografía infantil.
Como tantas otras veces, los dos medios han cometido un pecado típico de la malaprensa: repetir sin someter a jucio crítico datos aportados por organizaciones o instituciones.
Esto parece especialmente frecuente cuando ONGs bienintecionadas "engordan" los datos de algún problema social y ofrecen cifras llamativas sobre las dimensiones del mismo. La tentación parece ser demasiado grande como para que los medios se paren a pensar.

En concreto, el párrafo que los dos periódicos repiten, con idéntico texto (procede de EFE) es:
"Según el informe 2003 sobre pornografía infantil de Anesvad, se estima que hay más de cuatro millones de zonas en la red que contienen material de sexo con menores, cada día se crean 500 sitios nuevos y la cuota media de acceso a las web de pago gira en torno a los 40 euros mensuales."
El País además lleva a su subtítulo la frase, inspirada en ese párrafo: "Cada día se crean 500 sitios nuevos dedicados a la explotación de menores." La estimación de alguien se transforma en "dato".

Pero el párrafo en cuestión plantea varios problemas, que los deberían haber hecho pensar a los periodistas.
¿Son creíbles sus tres cifras? ¿Son coherentes entre sí? ¿Deben repetirlas los periódicos, independientemente de su credibilidad, simplemente porque provienen de una fuente "seria"?
Vayamos por partes: el concepto de "zonas" en la red no es de uso común. Habrá que suponer que no se refiere simplemente a páginas, que es un concepto sencillo, que todo el mundo entiende. Supongamos que quiere decir lo mismo que "sitios", es decir, conjuntos de páginas que dependen de una dirección de Internet común.
Si cada día se crean 500 sitios, para llegar a 4 millones harían falta 8.000 días, o casi 22 años. Como llevamos sólo unos 10 años con Internet funcionando, al menos uno de los dos datos es incorrecto (o bien "zonas" quiere decir simplemente páginas, pero entonces debería usarse la palabra más común).
Por otra parte, se nos dice que cada "web" (no sitios, ni zonas) cobra al mes unos 40 euros por usuario. De nuevo la variación terminológica confunde. Si "web" fuera equivalente a "zona", querría esto decir que, suponiendo, pongamos, diez usuarios de pago por cada por web, los ingresos de las páginas de pornografía con contenido infantil serían de 4 mill x 10 usuarios x 40 euros= 1600 millones de euros al mes, 19.200 millones al año, es decir 3 billones de las viejas pesetas. ¿Es mucho, no?
¿Es por otra parte posible realmente que haya cuatro millones de sitios con material relacionado con sexo con menores? Según algunas estimaciones, el total de sitios web pornográficos de todo tipo en el mundo era el año pasado de 4.2 millones.
En definitiva, tres cifras muy espectaculares, pero confusas por su significado, y poco coherentes. Habría que rascar un poco más. Y sobre todo, no convertir uno de sus contenidos en titular, sin el matiz de "Anesvad estima...".
No se trata, por supuesto de minusvalorar un problema tan grave. Se trata de que, incluso para denunciar los males más espantosos de nuestra sociedad, los periódicos deben procurar dar información veraz.

Comentarios hasta el 26-12-09
Según la vieja regla de "sujeto, verbo, predicado, complemento", "... el informe 2003 sobre pornografía infantil de Anesvad" parece indicar que los datos se referirán a la pornografia infantil que realiza o tiene su origen en Anesvad. Lo correcto sería "... el informe 2003 de Anesvad sobre pornografía infantil ..."

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por participar. Si quieres que otros lectores puedan debatir contigo, por favor, no firmes como "Anónimo" a secas. Usa la opción "Nombre/URL" e invéntate un nombre, aunque sea "Anónimo33", "ABC" o "123", para que podamos dirigirnos a ti, y tus comentarios no se confundan con los de otras personas.
Los comentarios de las entradas menos recientes son revisados por mí y no se publican inmediatamente.