3 de febrero de 2005

El (ausente) instinto del periodista

Hoy no tengo un muñequito que enseñarles. Por eso, lo que voy a contar hoy no va a salir diez o doce horas más tarde en todos los periódicos, a bombo y platillo, como pasó ayer. No deja de ser interesante que de todas las tonterías que han aparecido en Malaprensa, ésta haya sido la primera (que yo recuerde) cuya rectificación haya sido difundida de manera tan espectacular (y tan autoexculpatoria, en el caso de elmundo.es). Una prueba más de que el grado de tolerancia para el error y el disparate en nuestros medios es todavía demasiado alto.

Como les decía, lo de hoy no saldrá mañana en los periódicos. Resulta que la Unión Española de Asociaciones y Entidades de Atención al Drogodependiente (UNAD), que es la mayor de este tipo en España y Europa, según ellos afirman ha hecho un estudio sobre el perfil de las personas a las que atienden, sobre el que ha enviado el debido comunicado de prensa a los medios.

Siguiendo las reglas estrictas del periodismo de sillón, muchos medios de comunicación reproducen hoy datos del estudio, pero la tarea de interpretación parece desbordar a varios de ellos. Por ejemplo, el ABC ha caído en la trampa tonta de la muestra no representativa, y así escribe toda su noticia, titulado "Los drogodependientes, cada vez más jóvenes y más mujeres," como si los atendidos por UNAD fueran una muestra representativa de todos los drogodependientes de España.

El País lo ha hecho en este aspecto sólo ligeramente mejor que ABC, ya que en su brevísimo texto se da cuenta de que los estudiados son sólo drogodependientes que han recibido asistencia, pero da por hecho que los que son atendidos por UNAD son representativos de todos los drogodependientes que reciben atención en España. Tampoco tienen por qué serlo.

Peor aún, El País ha basado su titular en un "hallazgo" que por su propia espectacularidad debería haber hecho dudar al periodista: "Los adolescentes en tratamiento de desintoxicación se duplican en un año". Efectivamente, algo así dice la nota de prensa:
En la distribución por edades, se constata un dato: el progresivo, aunque lento, envejecimiento de la población que atendemos en nuestros centros. El 66’96% de las personas atendidas tienen entre 26 y 44 años. El resto se distribuye así: el 1’41% tienen menos de 15 años, el 22’29% entre 15 y 25, y el 9’34% tienen más de 44 años. Respecto a años anteriores, lo más destacado, y “preocupante” en opinión de Luciano Poyato, es que se duplica el porcentaje de las personas con menos de 15 años, y crecen ligeramente, el grupo de los de más de 44 años y el grupo de entre 15 y 25 años.
Casi ningún fenómeno social se duplica en un año. Y menos uno como éste. La "duplicación", además, significa pasar del 0,7% al 1,4%. Diferencias en realidad muy pequeñas, que podrían estar afectadas por el procedimiento del estudio.

En efecto, si uno lee con cuidado (y con cabeza) la nota de prensa, verá que el estudio no ha procesado los datos de todas las personas tratadas, sino de una muestra de 10.000 fichas (de un total, según la página web, de 25.000 personas atendidas). Es una proporción enorme. Pero siempre que se estudian muestras, y no poblaciones (perdón por el tecnicismo) hay desviaciones entre los resultados en la muestra y los datos en el conjunto de la población. El porcentaje en la muestra se parecerá, más o menos, al de la población, pero no será idéntico.

¿Cuánto de importantes son esas desviaciones? Depende de cómo se haya hecho la muestra. Si la muestra es aleatoria (perdón otra vez por usar palabros), es decir, los elementos de la misma se han seleccionado por puro azar, podemos calcular, usando las reglas de la probabilidad, el margen de error aproximado. Pero si la muestra no es aleatoria, es imposible saber cuál es el error. Dato crucial: UNAD no dice que su muestra sea aleatoria. Por tanto, si los 10.000 estudiados son de unas zonas, o unos centros, peculiares por cualquier razón, y distintos de un año a otro, una diferencia del 0,7% (y aún mucho mayor) podría deberse simplemente a la variación en la composición de la muestra.

Aún más. Suponiendo que la muestra hubiera sido obtenida al azar, el "margen de error" para una muestra de 10.000 personas sobre una población de 25.000 viene a ser justamente 0,77% (esto no lo tiene que saber el periodista, pero para eso debe tener a un amigo sociólogo al que llamar en estos casos). Esto quiere decir que el dato en la muestra, con un 95,5% de probabilidad, no difiere del dato en la población más allá de más/menos 0,77%. Dicho de otra manera, a partir del dato en la muestra tenemos que sumar y restar 0,77% para calcular la horquilla de datos dentro de la cual estará el verdadero dato en la población.

Vaya por Dios, 0,7% es justamente la magnitud de la "duplicación" que se ha producido en el estudio de los drogodependientes, en relación con los menores de 15 años. O sea, que puede ser un simple resultado del azar. Es perfectamente posible que la proporción de menores de 15 años no haya cambiado en absoluto entre los 25.000 atendidos por UNAD, y en cambio se haya "duplicado" en las muestras sucesivas de dos años.

Pero todo esto habría estropeado el titular, tan espectacular como improbable, de El País. El periodista, en lugar de decir "esto no puede ser", ha dicho "ya tengo titular". Y allá va.

Actualización (7 de febrero): El Mundo del sábado 5 de febrero, en la portada del suplemento Salud, dice: "Un informe revela el perfil del drogadicto español: varón, de 34 años, en paro y sólo con estudios primarios", y reenvía a la página 2 del suplemento, donde un texto que ocupa tres de las cinco columnas, comienza con un titular semejante: "Varón de 34 años en paro, el perfil del drogadicto español". Confusión total, entre drogadictos, drogadictos que reciben atención, y los que lo hacen en centros de la UNAD. Más aún: el uso del término "perfil", (que viene del titular de la nota de prensa), es totalmente engañoso, al sugerir algo así como el caso típico, o el más común. Para elaborarlo, los autores del estudio han escogido el valor más frecuente (la moda) en cada variable (sexo, edad, ocupación) y las han juntado todas, en un "perfil". Pero leyendo los datos con cuidado se ve claramente que habrá muy poquitos sujetos que cumplan ese "perfil". Me atrevería a decir, aunque no se puede saber con certeza, que menos del 15% de los drogadictos tratados son varones en paro entre 30 y 40 años. ¿Es eso un perfil?

Comentarios hasta el 27-12-09

De nuevo, "chapó".
Sencilla, rigurosa y eficaz tu forma de explicar lo de las muestras y las poblaciones.

¡¡¡¡DALES CAÑA!!!! Antes o después tendrán que rendirse.

Una pequeña puntualización: no es necesario ser sociólogo para interpretar estadísticas. Por lo demás, enhorabuena por la página.

H.Ortiga: tienes razón. No hace falta ser sociólogo. Es más, tristemente, tampoco muchos sociólogos sabrían calcular ese número.

Prometeo... de qué tienen que rendirse la prensa en general?
Ojo, sólo es curiosidad... Me gusta esta página y me parece que hay que fomentarla para que los medios de comunicación se den cuenta de sus propios errores y hacer autocrítica, pero creo que la prensa es un mal muy necesario como para rendirse.
Sin más gracias y seguir danto caña.

Es una costumbre muy extendida interpretar como universales los datos proporcionados por un determinado colectivo particular. Creen que lo que diga esa Unión de Asociaciones de atención al drogodependiente es extrapolable a la totalidad del colectivo de drogodependientes. Hace unos días, pasó lo mismo con una encuesta realizada por la Asociación de Ingenieros de Caminos, que solo agrupa al 50% de los ingenieros, pero que los medios reflejaron como la opinión de la totalidad de los ingenieros de caminos. Este error es tanto más nocivo en cuanto que existen asociaciones con un determinado sesgo ideológico, político o religioso (están en su perfecto derecho, faltaría más) que el periodista no suele tener en cuenta.

Las notas de prensa de UNAD no dejan duda alguna a la interpretación y acotan perfectamente sobre qué población dan los datos, a falta de ofrecer información sobre qué razones les han llevado a elegir una determinada muestra.

Así que entre periodistas que no leen y un discurso ad-hoc que haya dado quien ha presentado los datos se mete confusión.

Primero el periodista confunde la parte con el todo .....

A más, a más, a mi me gustaría saber de dónde sale la "brillante" comparación entre drogodependencias y exclusión social en función del nivel de estudios, tal y como recoge el ABC de hoy. Por sí sola también podría haber sido un post MALAPRENSA en exclusiva.

Ya lo decía mi maestro: antes había verdades y mentiras; ahora hay verdades, mentiras y estadísticas

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