Se aplicarán, con carácter supletorio de la presente Ley, los preceptos de la Ley Orgánica del Poder Judicial y de la Ley de Enjuiciamiento Civil, en materia de comparecencia en juicio, recusación y abstención, publicidad y forma de los actos, comunicaciones y actos de auxilio jurisdiccional, día y horas hábiles, cómputo de plazos, deliberación y votación, caducidad, renuncia y desistimiento, lengua oficial y policía de estrados.
Las deliberaciones de los tribunales son secretas. También lo será el resultado de las votaciones, sin perjuicio de lo dispuesto en esta Ley sobre la publicación de los votos particulares.
La autoridad o funcionario público no comprendido en el artículo anterior que, a sabiendas y sin la debida autorización, accediere o permitiere acceder a documentos secretos cuya custodia le esté confiada por razón de su cargo, incurrirá en la pena de multa de seis a doce meses, e inhabilitación especial para empleo o cargo público por tiempo de uno a tres años.
1. La autoridad o funcionario público que revelare secretos o informaciones de los que tenga conocimiento por razón de su oficio o cargo y que no deban ser divulgados, incurrirá en la pena de multa de doce a dieciocho meses e inhabilitación especial para empleo o cargo público por tiempo de uno a tres años.
Si de la revelación a que se refiere el párrafo anterior resultara grave daño para la causa pública o para tercero, la pena será de prisión de uno a tres años, e inhabilitación especial para empleo o cargo público por tiempo de tres a cinco años.
2. Si se tratara de secretos de un particular, las penas serán las de prisión de dos a cuatro años, multa de doce a dieciocho meses, y suspensión de empleo o cargo público por tiempo de uno a tres años.
En efecto, en el mundo del Derecho no todo son leyes. También existen Reglamentos, Normas de funcionamiento. Y, mucho más importante, una organización interna del Tribunal. Las revelaciones sobre el Estatu no la hacen los jueces, sino cualquier fulano que indirectamente pueda estar relacionado con la tramitación del procedimiento. Ejemplo: el que hace las fotocopias y escucha conversaciones.
ResponderEliminarCreo que está vez tu entrada no goza de una gran argumentación.
Un saludo.
Enrique, los reglamentos y normas están subordinados a las leyes y no pueden contradecirlas en nada, así que tu argumento no es válido.
ResponderEliminarEl de las fotocopias seguramente sea funcionario y le aplica el artículo 415, pero eso es lo de menos, el caso es que si "las deliberaciones del tribunal son secretas" (art. 233) y nos estamos enterando, una de dos: o bien algún miembro del tribunal está incumpliendo el art. 417 o bien los periodistas se lo están inventando todo.
No sé si la argumentación de Josu es correcta porque no soy jurista (aunque por mi trabajo algo de leyes sí sé), pero si no lo es no será por lo que tú dices, desde luego.
Josu tiene razón: lo de las filtraciones del TC y de otros tribunales es ilegal y una vergüenza. Pero más de vergüenza es que el TC y el CGPJ (y, por ende, todos los cargos judiciales que este designa) están marcados por criterios partidistas, que todos asumamos que la sentencia del estatuto catalán (como tantas otras) sea una merienda de togas (negras). La separación de poderes es inexistente en este país.
ResponderEliminar¿En qué país vivimos? En uno más. En todos los países hay filtraciones. Sobre todo en los países modernos y transparentes. Yo prefiero eso que vivir en un país oscurantista y totalitario.
ResponderEliminarOjo, no digo que esto sea lo mejor. Digo que sabiendo las opciones, es la menos mala. Y perseguir las filtraciones lo convertiría todo en un Estado policial.
Además a la gente le interesa saber cómo piensan los jueces. Imagino que a Malaprensa, si es coherente, no le interesa nada. Pero hay mucho hipócrita suelto que quiere saberlo, y que luego se escandaliza de que estas cosas se sepan.
Por cierto que también imagino que es delito que la policía informe de sus investigaciones en curso. O que lo haga el Ministerio del Interior, como hace habitualmente con los temas de etarras. El ministro y toda la policía a la cárcel también. Pero entonces no va a haber ni ministro ni policías para detener a los jueces. Qué estrés.
ResponderEliminarLa gente, si no quiere que haya filtraciones, lo tiene muy fácil: que deje de comprar periódicos por las filtraciones. Los periodistas dejarían de publicarlas, y se acabaría el cachondeo.
Por cierto, ¿a alguien más le parecen escandalosas, como a mí, las declaraciones de varios políticos estos días diciendo que "no conviene ahora renovar el Constitucional"? Se están pasando por el forro a la Constitución, que les OBLIGA a hacer la correspondiente renovación parcial cada 3 años ¡y lo sueltan tan campantes! No entiendo por qué nadie dice nada. Es como si yo digo que "no me conviene ahora pagar mis impuestos, así que no lo hago".
ResponderEliminarLo cierto es que sin filtraciones la democracia lo sería menos. Es el reverso del secreto profesional, aunque este, sí, esté amparado por las leyes.
ResponderEliminarAgl
P.s: sea como fuere, si el filtrador fuese un chupatintas (contratada laboral, por ejemplo) el responsable sería su superior jerárquico, en última instancia, por aquello de la "culpa in vigilando" o "culpa in eligendo". Lástima que se estén deshaciendo de Garzón. Podría ser otra causa más para su abultado macuto de aventuras judiciales.
Julio:
ResponderEliminarHemos entrado en una deriva. Las leyes sólo son exigibles a rajatabla al ciudadano de a pie, precisamente el que más indefenso está. La élite campa a sus anchas por tierrras de impunidad, debidamente acotadas y amuralladas. Motivo de rebelión, seguramente. Pero sabemos que no habrá tal. Ajo y agua.
Ya, bueno, eso siempre ha sido más o menos así, pero lo que me parece escandaloso es que lo digan abiertamente, sin que se les caiga la cara de vergüenza. Y sin que nadie diga nada.
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