1 de septiembre de 2004

Tres en uno

(De nuevo gracias a Salvatierra de Barros por la pista. Este agosto vacacional se ha mantenido al pie del cañón revisando la prensa).
La noticia que publicaba El País de Madrid el 4 de agosto con el titular "Los recién titulados con contratos indefinidos superan a los temporales" tiene un triple mérito para ser incluida en malaprensa: viola el sentido común, utiliza mal los conceptos, y además interpreta mal los resultados de una encuesta.

Realmente sería sorprendente que hubiera más recién titulados con contratos indefinidos que temporales, por lo que el olfato del aguerrido periodista (quizá también un recién titulado con contrato de prácticas, o sin contrato, de becario) debería haberle hecho leer con más atención los datos. Si lo hubiera hecho se hubiera dado cuenta de que el titular era gravemente incorrecto. No hay más que leer los dos primeros párrafos del texto para descubrir el desaguisado:

Los titulados en 2002 en la Universidad Carlos III que han conseguido un contrato laboral lo han hecho en mejores condiciones que el año anterior. Por poco, el porcentaje de los que consiguieron un contrato indefinido -un 29,4%- es mayor que el de los que consiguieron uno temporal -29,2%-. Así lo ha mostrado el Estudio de Inserción Laboral que realiza esta universidad pública cada año desde 1996 para "conocer la realidad a la que se enfrentan" los alumnos de este campus cuando finalizan sus estudios.

El año anterior, es decir, entre los titulados en 2001, un tipo y otro de contratación estaban casi a la par: 31,2% de indefinidos y un 29,6% de temporales. La tercera vía más elegida por las empresas para contratar a estos nuevos licenciados son las prácticas, con un 23,2% del total.

Problema conceptual: en el primer párrafo se habla sólo de dos tipos de contratos (indefinidos y temporales) y parece que los primeros superan ligeramente a los segundos (volveré sobre eso). Pero los dos grupos suman mucho menos del 100%, lo cual no tiene sentido, puesto que son porcentajes calculados sobre una base definida como "los titulados... que han conseguido un contrato laboral." El segundo párrafo, al hacer la comparación con el año anterior, da la pista sobre los que faltan: hay otro montón de estudiantes que son contratados en prácticas. Los contratos en prácticas son también, obviamente contratos "temporales" en el sentido común del término, por oposición a indefinidos, por lo cual está claro que el titular es erróneo. Aunque no se da el dato de 2002, puesto que "faltan" algo más del 30% de los titulados con contrato laboral, es de suponer que muchos de ellos, como en 2001, serían contratados en prácticas.

Problema adicional: ¿qué significado tiene, en una encuesta, una diferencia entre dos porcentajes de 2 décimas (las que separan los contratos indefinidos de los temporales)? Respuesta, que un periodista debería saber: ninguna. Aunque la noticia no informa del método de elaboración del Estudio de Inserción Laboral, es de suponer que ha sido una encuesta, bien sobre una muestra limitada de los titulados, bien haciendo llegar el cuestionario a todos los titulados recientes, y procesando las respuestas de los que respondan efectivamente, que nunca serán todos. Sin saber matemáticas ni estadística, el periodista debería saber que una diferencia tan pequeña no es significativa, es decir, los porcentajes son tan parecidos en la muestra que no estamos seguros de cuál de los dos porcentajes será realmente mayor en la población de la que hemos extraido la muestra.

Me explico. La estadística, entre otras muchas cosas, permite que entrevistando a unos pocos cientos o miles de personas (siempre que se escojan al azar, claro) podamos afirmar cosas de millones. Para ello la estadística se basa en la probabilidad: si tomamos a 1.000 españoles (escogidos al azar) y, pongamos, un 80% son morenos y un 20% rubios, podemos decir, con casi total certeza, que una inmensa mayoría de los españoles son morenos. La probabilidad nos dice que, si la muestra ha sido tomada al azar, es casi imposible que nos haya salido una muestra con esas características de una población con más rubios que morenos. De hecho, la estadística y la probabilidad afinan bastante más, y nos dicen algo así como: con esos datos, y con una muestra escogida al azar, con un 95 de probabilidad el porcentaje de morenos en el total de la población estará entre el 77% y el 83%, mientras que el de rubios estará entre el 17% y el 23%.

Ese más/menos 3% es lo que llamamos el margen de error, lo que hay que sumar y restar al dato obtenido en la muestra para estimar el rango dentro del cual debe estar el valor real en la población. El margen de error cambia según el tamaño de la muestra (más personas entrevistadas, menos margen de error), y según el grado de probabilidad con el que queramos hacer la estimación (se suele hacer con el 95,5%, pero puede ser cualquier otro).

¿Y qué pasaría si entrevistáramos a 1.000 españoles y nos saliera el 50,1% morenos y el 49,9% rubios? Podríamos decir, estilo titular de El País, que en España hay más morenos que rubios. O podríamos saber que no hay prácticamente encuesta en el mundo que se haga con una muestra tan grande que el margen de error sea tan pequeño como para que esa diferencia sea significativa (harían falta decenas de miles de encuestados, o en su caso una muestra de tamaño casi idéntico a la población). O podríamos leer la ficha técnica del estudio. O llamar al sociólogo de guardia de la Carlos III para que nos explique si dos porcentajes tan parecidos pueden interpretarse como dos números distintos o como un "empate".

Esto es justamente lo que pasa en el estudio de la Universidad Carlos III. A menos que la muestra cubra al total de los titulados, y que hayan respondido prácticamente todos, la diferencia entre 29,4% y 29,2% es como si no existiese. Es una diferencia en la muestra que no estamos seguros de que exista en la población. Es más, a menos que el número de entrevistados sea muy alto, es posible que incluso las diferencias entre 2001 y 2002 sean totalmente insignificantes, es decir, que no sabemos si realmente las cosas han cambiado, o si simplemente, por azar, este año la muestra seleccionada ha variado ligeramente respecto al año pasado.

Desastre sin paliativos. A lo que habría que añadir: ¿no hay cosas más interesantes que contar en los periódicos?

Comentarios hasta el 26-12-09

La idea del sociólogo de guardia tiene su gracia y no estaría mal para potenciar el empleo de la disciplina ......

El problema es el de siempre .... igual para periodistas y lectores (e incluso para sociólogos de guardia) .... ¿entendemos de lo que escribimos? ¿entendemos lo que leemos?

El dato que nos ofrece el estudio es el oráculo, el mantra, se lee, se repite, se musita y santaspascuas.

eres una basura
















a




a

"Los titulados en 2002 en la Universidad Carlos III" pero el titular parece dar a entender que esto se extiende a toda España

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