8 de julio de 2006

Olé y olé la dieta mediterránea

(Contribución completa otra vez de Wonka. Gracias mil)
No sé si hay otro tema que haga ponerse más contentos a los periodistas de la sección de sociedad o de salud que el de las ventajas de la dieta mediterránea, ésa que supuestamente hemos seguido los españolitos de toda condición hasta que nos han pervertido las multinacionales con su comida basura y las terneras con sus sabrosas proteínas. Así, no me extraña que en nuestros periódicos todo haya sido loores para un nuevo estudio en el que, aparentemente, se muestran las ventajas de esa dieta (suplementada con su buen chorrito de aceite de oliva virgen o con sus buenas nueces y avellanas, qué ricas) para reducir la presencia de factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares en individuos caracterizados por tenerlos ya bastante elevados (obesos, diabéticos, fumadores, bastante mayores, en fin, un dechado de virtudes).

He leído unas cuantas de las noticias que tratan el tema. En ninguna de ellas se han hecho eco de las cautelas y limitaciones del estudio, fácilmente accesibles a través de la página web de la revista Annals of Internal Medicine en la que se ha publicado el trabajo, página que, por cierto, citan varios de los periódicos en sus ediciones web.

Esas cautelas se formulan así.

En el abstract se dice (mis negritas):

Limitations: This short-term study did not focus on clinical outcomes. Nutritional education about low-fat diet was less intense than education about Mediterranean diets.

El lenguaje es un poco críptico, pero en el resumen para pacientes (sí, algunas revistas tienen un resumen escrito en lenguaje inteligible para los ciudadanos del común, como el que escribe) se habla de (mis negritas):

What were the limitations of the study?

The researchers gave more instructions about dietary maintenance to the participants assigned to the Mediterranean diets than to the participants assigned to the low-fat diet. The study's findings might, therefore, have come from differences in the intensity of the instructions rather than the actual diets. Because the Mediterranean diets were closer to participants' actual diets, people assigned to the low-fat diet may have found it more difficult to strictly follow the diet. The study was not designed to detect differences in effect between the 2 Mediterranean diets or the effects of either diet on heart attacks and strokes.

Es decir, puede que la mejora de los que han seguido las dos variantes de dieta mediterránea se deba a que han recibido mejores consejos dietéticos (y los han seguido, se supone) que los que sólo han seguido una dieta baja en grasas (que les zurzan, por listos). Por otra parte, el estudio no ha medido resultados clínicos, es decir, no ha medido tasas de ataques al corazón u otros eventos cardiovasculares. Tan sólo ha medido niveles de colesterol (malo, y en su relación con el bueno), de hipertensión alterial, cosas así, todas ellas, en principio, factores de riesgo cardiovascular.

Desde aquí convocamos un premio de “malaprensero” de honor a quien encuentre una mención a esas cautelas en la prensa de hoy y de ayer, incluyendo la prensa especializada. Al medio en cuestión le corresponderá, a su vez, una mención honorífica como “buenaprensa”. Esperemos que la convocatoria no quede desierta.

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