En España se han celebrado 2.219 bodas entre parejas del mismo sexo hasta octubre de este año, según los registros civiles informatizados del Ministerio de Justicia.Si dice el ministerio que la primera cifra no vale, ya que proviene de sólo de una parte de los registros ¿por qué encabezar la noticia con ella? ¿No sería más lógico, al revés, empezar diciendo que el ministerio estima que se han celebrado unos 6.600 matrimonios homosexuales, y luego explicar que la cifra exacta no se sabe, y contar lo de que hay registros informatizados y otros que no? Por otra parte, no está claro si es una estadística de lo que va de año o de lo que va de aplicación de la ley. Parece lo segundo, pero la redacción es imprecisa.
Esta cifra, dijo a Efe el Ministerio de Justicia, representa sólo un tercio de la estimación total, pues contando los enlaces celebrados en los registros civiles no informatizados, serían aproximadamente 6.600 los matrimonios homosexuales.
El primer párrafo influye mucho en la elección de titulares, y como era de temer, casi todos los titulares se han quedado con la primera cifra, transmitiendo un mensaje equivocado.
La nota sigue con este delicioso párrafo de preriodismo retrospectivo:
El 30 de diciembre de 2004, el Gobierno aprobó la ley de matrimonios homosexuales, con la equiparación plena de derechos a los de los heterosexuales.Cualquiera que lo lea creerá que hace casi dos años que los homosexuales pueden casarse. No es así, ya que en esa fecha el gobierno aprobó un proyecto de ley, que fue aprobado por las Cortes en junio de 2005 y entró en vigor el 3 de julio.
Y más tarde dice, para complicar las cosas un poco más:
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística, en los primeros seis meses de vigencia de la ley se celebraron 1.275 bodas.Ese dato fue en efecto divulgado hace unos meses por el INE (pdf). En su momento algunos grupos dijeron que no eran datos completos, sino sólo de algunos registros, pero no es lo que yo leo en la nota de prensa del INE.
Como era de temer, la mezcla de ambos párrafos ha dado lugar a interpretaciones erróneas, como esta del Abc:
Pero algo no concuerda en los datos. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística, en los primeros seis meses de vigencia de la ley (hasta junio de 2005), se celebraron un total de 1.275 bodas. [negritas mías]¿Ven cómo lo del preriodismo es una cosa muy mala? Pero sigamos con las cuentas del Abc, que son interesantes:
Al comparar estos datos con las estimaciones de Justicia es cuando surge la sospecha al apreciarse un desajuste evidente con las previsiones. Si realmente el total, hasta octubre, ascendiera a los 6.600; significaría que las uniones homosexuales se habrían disparado de junio de 2005 a octubre de 2006.Unas cifras que no concuerda con lo esperado. Cuando se puso en marcha la Ley y se multiplicaron las uniones para normalizar las situaciones de hecho, se alcanzó una media de 212,5 uniones homosexuales al mes durante los seis primeros.Se suponía que el ritmo disminuría una vez superado el efecto tapón. Sin embargo, los datos de Justicia, de confirmarse, hablarían de un crecimiento espectacular e inesperado pues se habría pasado, en los 15 últimos meses, a una media mensual de 355 enlaces.
Es reconfortante, para variar, ver a un periódico poniendo en tela de juicio las cifras oficiales y explicando a los lectores por qué no son del todo creíbles. Habría que felicitarles por el intento, si no fuera porque se lían con las fechas (por culpa de Efe) y porque sus conclusiones son excesivamente rotundas.
Respecto a lo primero, en realidad, dada la confusión sobre la fecha de entrada en vigor de la ley, los datos son aún más "raros". Los seis primeros meses de vigencia de la ley fueron entre julio y diciembre de 2005. Si en ellos sólo hubo 1.275 matrimonios (212,5 al mes), los otros 5.325 se habrían dado en 10 meses, no quince, con una media mensual, por tanto, de 533 al mes. Más del doble que en el primer semestre de aplicación de la ley.
Esto reforzaría la tesis de Abc de que las cifras son sorprendentes, aunque debería formularse de manera mucho más cauta. La idea de que las uniones se "multiplicarían" al entrar en vigor la ley, y luego habría un descenso, al superarse el "efecto tapón", es precisamente eso, una idea, una suposición, razonable quizá (algo así pasó en Holanda), pero que hasta que no tengamos los números (buenos) delante, no podremos confirmar.
Pudiera ser incluso que la idea fuera correcta en líneas generales (durante un tiempo se estarán celebrando matrimonios "atrasados" y luego ya sólo los matrimonios "nuevos"), pero equivocada en los plazos (es posible que muchas parejas de larga convivencia haya empezado a pensarlo a partir de la ley, pero tarden bastante en decidirse, y luego tarden también unos meses en llevar la decisión a la práctica, ya que las bodas no se improvisan). Así, es posible que el proceso de "superar el efecto tapón" no sea cosa de seis meses, sino más bien de dos o tres años.
Precisamente, no lo sabremos hasta que tengamos algunos datos más. En fin, que está muy bien educar a los lectores para que no se crean todas las cifras gubernamentales (especialmente cuando son estimaciones poco justificadas), pero hay que hacerlo con un poco más de prudencia.
Respecto a lo primero, en realidad, dada la confusión sobre la fecha de entrada en vigor de la ley, los datos son aún más "raros". Los seis primeros meses de vigencia de la ley fueron entre julio y diciembre de 2005. Si en ellos sólo hubo 1.275 matrimonios (212,5 al mes), los otros 5.325 se habrían dado en 10 meses, no quince, con una media mensual, por tanto, de 533 al mes. Más del doble que en el primer semestre de aplicación de la ley.
Esto reforzaría la tesis de Abc de que las cifras son sorprendentes, aunque debería formularse de manera mucho más cauta. La idea de que las uniones se "multiplicarían" al entrar en vigor la ley, y luego habría un descenso, al superarse el "efecto tapón", es precisamente eso, una idea, una suposición, razonable quizá (algo así pasó en Holanda), pero que hasta que no tengamos los números (buenos) delante, no podremos confirmar.
Pudiera ser incluso que la idea fuera correcta en líneas generales (durante un tiempo se estarán celebrando matrimonios "atrasados" y luego ya sólo los matrimonios "nuevos"), pero equivocada en los plazos (es posible que muchas parejas de larga convivencia haya empezado a pensarlo a partir de la ley, pero tarden bastante en decidirse, y luego tarden también unos meses en llevar la decisión a la práctica, ya que las bodas no se improvisan). Así, es posible que el proceso de "superar el efecto tapón" no sea cosa de seis meses, sino más bien de dos o tres años.
Precisamente, no lo sabremos hasta que tengamos algunos datos más. En fin, que está muy bien educar a los lectores para que no se crean todas las cifras gubernamentales (especialmente cuando son estimaciones poco justificadas), pero hay que hacerlo con un poco más de prudencia.
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