12 de septiembre de 2007

Ni sé lo que escribo

Me manda un lector canario (gracias) esta noticia sin desperdicio del Diario de avisos, que proviene al parecer de Fax Press, y recupera un viejo mito que ya hemos criticado otra vez en Malaprensa: "Una de cada tres parejas españolas se rompe en las vacaciones de verano".

Naturalmente, el titular no quiere decir lo que dice literalmente. Más bien quiere decir esto, que viene luego en el texto: "Un tercio de las rupturas de parejas tiene lugar justo después de las vacaciones de verano" (negritas añadidas).

Pero, esperen, en realidad tampoco quiere decir eso. Más adelante rectifica:
Centrándose en las cifras, el presidente del Instituto de Política Familiar, Eduardo Hertfelder, sostiene que "no es exacto que haya más rupturas después de las vacaciones, pero sí hay un ascenso respecto al trimestre anterior. Si en los tres meses de verano hay unas 27.000 rupturas, la estadística se dispara a entre 40.000 y 42.000 después de las vacaciones, pero en realidad esa es la misma cifra que antes del periodo estival".
Me encanta lo de "centrándose en las cifras". Pues sí, para decir si algo es un tercio, un sexto o un décimo, suele ser bastante conveniente "centrarse en las cifras".

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