6 de noviembre de 2007

Las diputadas pasan, los diputados permanecen

Ese era el mensaje de la noticia publicada ayer por El País, con el titular "Los hombres están en política; las mujeres pasan por ella", que empezaba así:
Los hombres están en el Congreso, las mujeres pasan por el Congreso. Sólo eso cabe deducir de la permanencia de las diputadas en la vida política de la Cámara baja. Un magro 2,6% de ellas ha estado tres o más legislaturas mientras que eso pueden decirlo el 23% de sus colegas varones.
Y continuaba, más abajo:
"...lo que no admite discusión es que los partidos mueven la silla a las mujeres con más frecuencia.... Los datos recabados en un estudio de la doctora en Filosofía Alicia Miyares sobre la presencia de las mujeres en el Congreso desde que empezó la democracia son incontestables." [negritas añadidas]
Pues resulta que no solo se pueden discutir sino que a mi juicio son disparatados. Fíjense en el primer párrafo: sólo un 2,6% de las mujeres han estado tres legislaturas, frente a un 23% de los hombres. Pero, como también se dice en el artículo, las mujeres se han incorporado de forma masiva en el parlamento sólo en las últimas legislaturas. La mayoría de ellas no han podido estar tres legislaturas, porque no hace tres legislaturas que llegaron al parlamento. No habrían podido estar tres legislaturas, haya o no haya mayor rotación de las mujeres.

Más adelante dice El País:
En la legislatura de 1989/1993 sólo había 44 mujeres en el Congreso, pero el 59% de ellas repetía como diputada. En la actualidad hay 126, pero ya sólo repite en el puesto un 37%. Para el resto es su primera legislatura. Y puede que la última. Sin embargo, el 56% de los diputados actuales repite por segunda o más veces.
El razonamiento es absurdo: si cada vez hay más mujeres en el parlamento, necesariamente el porcentaje de las diputadas actuales que vienen de legislaturas anteriores ha de ser más bajo que entre los hombres. Para medir la rotación no podemos basarnos en el porcentaje de los diputados actuales que son nuevos o repetidores, sino que debemos calcular el porcentaje de los diputados de legislaturas anteriores que han repetido.

De hecho, buscando por la red he encontrado un texto de la Dra. Miyares (La paridad como derecho), en los que se puede comprobar la magnitud de sus errores. También hay un pdf de Interviu, de 2004, (La paridad no era esto) que aporta alguna información adicional (y muestra, por cierto, que el estudio es ya viejillo).

Vean por ejemplo esta tabla, extraída del primero de los textos (perdón por el formato, no he podido arreglarlo):

Diputados y diputadas VIII legislatura (2004-2008), PP y PSOE

Diputados Diputadas
PP 106 42
Nuevos 33—31% 21—50%
Repiten 73— 68% 21—50%
PSOE 88 76
Nuevos 51— 58% 53— 70%
Repiten 37— 42% 23— 30%
PP+PSOE 194 118
Nuevos 84-- 43% 74 --- 63%
Repiten 110-- 57% 44 --- 37%


Sólo el 37% de las diputadas actuales tienen experiencia, frente al 57% de los diputados (de los dos grandes grupos). La autora considera esto como evidencia del trato discriminatorio de las mujeres. ¡¡¡Pero esto es una consecuencia necesaria de que haya cada vez más mujeres!!!

Vemos lo que sucede si, tomando datos de la anterior legislatura (están en otra tabla del mismo trabajo) calculamos qué porcentaje de los diputados y diputadas de la anterior legislatura han repetido en esta:

Diputados y diputadas VII legislatura (2000-2004), PP y PSOE

Diputados Diputadas
PP 137 46
Reelegidos 73—53% 21—46%
No reelegidos 64— 47% 25—54%
PSOE 79 46
Reelegidos 37— 47% 23— 50%
No reelegidos 42— 53% 23— 50%
PP+PSOE 216 92
Reelegidos 110— 51% 44— 48%
No reelegidos 106— 49% 48— 52%

Vaya: los diputados reelegidos han sido el 51% y las diputadas reelegidas el 48%. Una diferencia mínima, que puede ser prácticamente accidental.

Otra afirmación absurda del texto: "El 60% de mujeres sólo está una legislatura en el Congreso mientras que en el caso de sus compañeros, eso sólo le ocurre al 47% de ellos."

Pero, de nuevo, este cálculo está completamente descompensado porque hay muchísimas más mujeres (en proporción al total) que han entrado en la última legislatura, con lo cual es imposible que hayan estado más de una legislatura.

Veamos los números, sacados de la tabla reproducida en Interviú:


Permanencia legislaturas
Porcentaje

Hombres Mujeres Hombres
Mujeres
1 634 191 48% 61%
2 350 71 26% 23%
3 151 29 11% 9%
4 92 12 7% 4%
5 53 7 4% 2%
6 33 4 2% 1%
7 21 0 2% 0%
Total 1334 314 100% 100%

El 61% de las mujeres "sólo está una legislatura", frente a sólo el 48% de los hombres. Pero la tabla cuenta cuántas legislaturas han estado los diputados o diputadas, pero incluye tanto los que ya han dejado de serlo como los que aún lo son. Por tanto, los diputados y diputadas recién entrados aparecen como si estuvieran una legislatura, aunque en realidad no sabemos cuántas van a estar. Lo mismo se aplica a los entrados en la legislatura anterior, que aparecen con dos, etc... Por definición, ese cálculo perjudica a las mujeres, ya que son muchas más las que han entrado en las últimas legislaturas.

Fíjense lo que pasa si de ese cálculo eliminamos simplemente a los diputados y diputadas nuevos, que no sabemos cuántas legislaturas van a estar, y dejamos sólo los diputados que han tenido al menos la oportunidad de estar dos legislaturas.

Permanencia legislaturas, excepto diputados nuevos 2004

Diputados
Porcentaje

Hombres Mujeres Hombres Mujeres
1 535 112 43% 48%
2 350 71 28% 30%
3 151 29 12% 12%
4 92 12 7% 5%
5 53 7 4% 3%
6 33 4 3% 2%
7 21 0 2% 0%
Total 1235 235 100% 100%

La diferencia 61%-48% de diputados que "está sólo una legislatura" se reduce a un 48-43. Los demás porcentajes casi se igualan.

En realidad la tabla sigue siendo incorrecta porque sigue comparando cosas incomparables, ya que lógicamente un diputado (o diputada, y hay más de estas) que fue elegido en el año 2000 no puede haber estado tampoco más de dos legislaturas. Ni alguien que entró en 1996 puede haber estado más de tres, y así sucesivamente. Estrictamente, habría que comparar sólo los diputados que ya han dejado de serlo, y ver su duración media. O compararlos en tablas diferentes por año de elección y ver sus tasas de supervivencia.

En fin, que la doctora en filosofía anda un poco pez en matemáticas (malo) y en lógica (esto es peor). Y la periodista de El País se ha tragado un argumento que no tiene por donde cogerlo, y que además es viejo.

2 comentarios:

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