22 de noviembre de 2004

Alguno más habrá

La Vanguardia del pasado viernes 20 de noviembre informaba, de manera un tanto sensacionalista, de que "El aumento de hepatitis en saunas obliga a vacunar a 1.500 gays". Está muy bien la prevención, pero esto de que la vacunación se haya hecho "obligada" suena como a película de virus mutante que rápidamente ataca a toda la población.

La noticia cuenta que los vacunados son clientes habituales de saunas, sex-shops y locales de prostitución, ya que, al parecer, tras un aumento considerable de casos de hepatitis en Barcelona, "
los epidemiólogos constataron que los contagios se producían en locales de encuentros homosexuales". Hombre, supongo que al periodista se le ha olvidado poner un "sobre todo", un "principalmente" o algo semejante. Porque digo yo que no será sólo y exclusivamente en esos locales donde se den las prácticas sexuales de riesgo para la transmisión de la hepatitis. Ya sería puntería que todos los contagios tengan lugar allí.

Pero aquí viene lo bueno:
Díez explicó que, precisamente, una de las dificultades con que han topado es la falta de datos sobre el número de personas que integran el colectivo gay para poder llegar a todos. Pero el pasado mes de septiembre, el Instituto Nacional de Estadística publicó una encuesta según la cual se declaraban gay unos 3.780 hombres, de entre 18 y 49 años, de la ciudad de Barcelona. A ellos se dirige la campaña.
Toma del frasco, Carrasco, el INE dice que en Barcelona hay "unos 3.780" hombres gays entre 18 y 49 años. ¿Los habrán contado? Por supuesto que no. El dato se deriva de la Encuesta de Salud y Hábitos Sexuales del INE, realizada en 2003, con una muestra nacional de 13.600 personas de 18 a 49 años. En la ciudad de Barcelona debieron corresponder, aproximadamente, unos 480-500 entrevistados.

En el total de la muestra nacional, los que se declararon exclusivamente gays fueron el 1,04% de los entrevistados varones, o el 0,5% de la muestra, aproximadamente. Es decir, que si las proporciones son semejantes, en Barcelona les debieron salir 2 ó 3 entrevistados. Naturalmente, con esos números no se puede hacer ninguna estimación de porcentajes ciudad por ciudad, así que seguramente, el INE ha calculado ese dato aplicando a Barcelona el porcentaje nacional, del 1,04%. Y efectivamente, en Barcelona hay unos 362.000 varones entre los 18 y los 49 años (cálculo aproximado con tablas del INE), y 3.780 es casi exactamente el 1,04% de esa cifra, así que así ha debido llegar el INE a su cálculo.

El problema es que el INE tiene el hábito de publicar los resultados de sus encuestas haciendo proyecciones de los porcentajes a las cifras totales de población, pero eso conduce a una falsa precisión de la que ha sido víctima el periodista. Más aún cuando se aplica a una ciudad un porcentaje derivado de un estudio nacional.

Pero además, la cifra del 1,04% es poco creíble, por varias razones. En primer lugar, se deriva de una encuesta en la que, a pesar de todas las precauciones tomadas por el INE, hay que suponer que alguna gente habrá ocultado la verdad. En segundo lugar, aunque siempre he pensado que el mítico 10% del informe Kinsey era una exageración, cualquier observador de la realidad social española puede ver, me parece a mí, que el 1% es también una exageración, por lo bajo. O por lo menos, lo debe ser en las grandes ciudades, como Barcelona, a la que van a parar muchos gays que huyen de entornos menos acogedores.

Pero es que además la prueba del error está en la misma noticia. Los servicios de salud, en una campaña de unos meses, han dado con 1.500 personas a las que vacunar, yendo sólo a sitios como saunas y sex-shops, alcanzando, como dice el texto "una cobertura del 39%". ¿El 39% de los gays de Barcelona de 18 a 49 años se han vacunado como resultado de una campaña hecha sólo en saunas, sex-shops y locales de prostitución? No, hombre, no. Que ya sabemos que los gays son
un tanto más promiscuos que el común de la población, pero no hasta ese punto, sobre todo si pensamos que no todas las personas a las que haya llegado la campaña se habrán vacunado. Aún suponiendo que dos de cada tres receptores de la campaña se vacunase, estaríamos casi en un 60% de los gays de Barcelona usuarios de esos locales.

Vamos, que el periodista, sin darse cuenta, ha venido a decir que los gays de Barcelona son más p*** que las gallinas. Para mí que no. Que también debe haber gays no promiscuos, que ligan más o menos, otros emparejados y fieles, y otros promiscuos, pero que no visitan esos locales. Y que la estimación del 1,04% de la encuesta no hay que tomársela demasiado en serio. Es seguramente un mínimo, pero no desde luego un dato con la precisión y certeza con la s que se presenta en la noticia.

Comentarios hasta el 27-12-09

Y digo yo que la hepatitis se producirá en los gays, no en las saunas ..... pero si se localizan saunas infectadas amén de vacunar (o no) a los afectados habrá que limpiar/desinfectar las saunas, pero de eso no decían nada ¿no?

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