22 de diciembre de 2005

Bastarían unas comillas

En mi primer encuentro con periodistas les puse muchos ejemplos de Malaprensa, y por simplificar busqué casos en los que el error estuviera ya en el titular. Algunos me hicieron la observación, con cierta razón, de que es inevitable que los titulares pierdan detalles y matices de la información. Sí, titular de una manera breve, clara y precisa es realmente complicado.

Pero no es excusa, como señala Internet Política (gracias a Daniel Rodríguez por la pista), para titulares como estos: "El Reino Unido celebra sus primeras bodas gays entre vítores e insultos" (Telecinco), "Dos mujeres protagonizan la primera boda homosexual en Reino Unido" (Diario de Sevilla), "Las bodas gays arrancan en Reino Unido con el enlace de dos lesbianas" (El País), "Se casa la primera pareja de lesbianas en Reino Unido" (20 minutos).

Peor aún, algunos de estos medios todavía en el primer párrafo dicen cosas como éstas:
Shannon Sickles y Grainne Close han hecho historia. Este lunes se han casado en el Ayuntamiento de Belfast. Ellas son la primera pareja homosexual que contrae matrimonio en la historia del Reino Unido. Minutos después, Henry Esmont Cane y Christopher Patrick Flanaghan se convertían en el primer matrimonio formado por dos hombres de este país. (Telecinco)
Más tarde o más temprano todos estos medios aclaran que no se trata estrictamente de matrimonio gay, sino de una unión civil, figura nueva creada en el Reino Unido con derechos y obligaciones muy similares a las del matrimonio. Es una diferencia que en la práctica, posiblemente, para mucha gente no sea muy importante, pero para otra mucha gente sí.

Y es una diferencia que sí fue muy importante en el debate reciente en España sobre la cuestión. Ningún periodista de este país puede desconocer que muchos de los que se oponían en España al matrimonio gay daban una extraordinaria importancia a esa diferencia, y decían que no les parecía mal una unión civil (si este era un argumento táctico o sincero es otra cuestión).

Por lo tanto, informar de las nuevas uniones civiles en el Reino Unido llamándoles matrimonios o bodas, aún en titulares, parece simplemente inaceptable. Desde luego, no hay excusa en Telecinco, ya que es un texto escrito sólo para la web, donde no hay problema para un titular un poco más largo. Todos los otros titulares se pueden rehacer para incluir la expresión unión civil, con la misma o muy parecida longitud.

También podrían usar giros o figuras como los de muchos medios británicos: las primeras parejas gays dicen sí, primeros enlaces gays, primera unión homosexual... O todavía más fácil: podrían haber puesto boda o matrimonio entre comillas, como hacen The Times y The Guardian, entre otros.

En fin, todo esto me recuerda a mis años de estudiante de Derecho, cuando el padre Arza, un jesuita mayor, pero muy liberal (ya fallecido), nos explicaba derecho canónico (básicamente matrimonial). Aunque parezca mentira, dada la materia, sus clases eran divertídismas.

Una de sus intervenciones más celebradas la tuvo cuando explicaba la definición canónica del matrimonio, que, claro, era entre un hombre y una mujer. Su explicación en forma de diálogo fingido, en el que él hacía los dos papeles, era algo así como esto:

- Padre, pero, y los homosexuales ¿por qué no se pueden casar?
- Pues muy fácil, porque el derecho canónico dice que el matrimonio es entre UN HOMBRE Y UNA MUJER!!!
- Pero entonces, padre, si se quieren...
- Pues si se quieren, ¡¡¡que vivan juntos!!!, pero... ¡¡¡no-es-ma-tri-mo-ño!!!

Nos descachárrabamos.

Pues eso, que ¡¡¡no-es-ma-tri-mo-ño!!!

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