El País rectifica sobre el bulo de Hollande

Esto es novedoso. Alguna vez había yo planteado aquí la cuestión de qué debían hacer los periódicos con las cartas al director que publican, cuando estas aportan como argumentos datos dudosos o claramente falsos. La última vez, que recuerde, fue hace algo más de un año, sobre los miles de millones que ahorraríamos eliminando el Senado (El País, julio de 2011). Decía yo entonces que este tipo de cartas no deberían publicarse (como tantas otras que no lo hacen).

Pues bien, hoy El País ha vuelto a publicar, en su versión papel, como carta al director un texto con argumentos políticos basados en afirmaciones fácticas claramente erróneas. Se trata del famoso bulo de que François Hollande en sus 56 días ha creado miles de puestos de trabajo, reducido muchísimos sueldos altos del gobierno y las empresas públicas, eliminado coches oficiales, eliminado subvenciones a la iglesia, y no sé cuántas cosas casi-milagrosas. Aquí tienen el bulo en su versión más larga, que circula ampliamente por la red. Y aquí tienen la crítica meticulosa del bulo hecha en el blog Ciencias y Cosas hace un mes.

La carta estaba también disponible online, pero en la URL que la albergaba se incluye ahora este texto:

Un lamentable error

 EL PAIS 17 AGO 2012 - 00:03 CET
EL PAÍS ha publicado hoy por error una carta titulada Rajoy y Hollande en la que se elogia la gestión de los primeros 56 días del presidente francés François Hollande utilizando unas cifras a todas luces incorrectas. Se trata de un bulo que circula por la red desde hace semanas, por lo que dicha carta ha sido retirada de la edición digital. EL PAÍS lamenta profundamente no haber actuado con rigor y profesionalidad, por lo que pide disculpas a todos sus lectores.

Hay que felicitar a El País por la rectificación, que reconoce que las cartas al director, por el hecho de ser piezas de opinión, no están exentas de la obligación de la veracidad de los datos expuestos, como no lo están tampoco (o no deberían estarlo) los demás artículos de opinión publicados en los medios. Sería mejor, claro, que la carta nunca se hubiera publicado, porque seguramente muchos lectores en papel nunca verán la rectificación y porque en el mundo digital los ecos de lo publicado se extienden enormemente. Por ejemplo, aún es posible en Eskup, la herramienta de microblogging de El País, leer varios extractos de la carta (uno, dos). Pero al menos, por vía de esta corrección, se reduce el impacto del error, y se reconoce la preocupación porque también las cartas al director sean veraces.