El reportaje se titulaba Diez preguntas sobre el K2 y lo firmaba Alfonso Merino, que perpetraba el siguiente párrafo:
Si atendemos al sexo de sus practicantes, no hay más remedio que señalar que el alpinismo es uno de los deportes más machistas que existen. El porcentaje de mujeres alpinistas frente al de hombres es inferior al uno por mil. Llevado al mundo de los ochomiles el asunto se acentúa, pues se trata del escalón más alto del alpinismo, al que sólo llegan unos pocos privilegiados. Y la práctica totalidad son hombres.Comentario de A.M.A.:
Las cifras del K2 confirman esto en nuestra montaña: de 198 personas que han subido a la cumbre, hasta la presente temporada, sólo cinco eran mujeres. Y este año la cosa no ha sido mejor: de los diez que han subido, 9 fueron hombres.
Olé, olé y olé: El porcentaje de mujeres alpinistas frente al de hombres es inferior al uno por mil. ... en los ochomiles "el asunto" se acentúa ... y Las cifras del K2 lo confirman: de 198 que han subido, "sólo" 5 eran mujeres. Y es que las mujeres no valen casi nada: 5 mujeres de 198 alpinistas son menos del 1 por mil. En cambio, si fueran hombres serían el 2,53% aproximadamente, o el 25,3 por mil, pero como las mujeres valen menos de la veinticincoava parte de un hombre, pues eso, no llegan ni al 1 por mil.
Y este año "la cosa" (?) no ha sido mejor: Una mujer y 9 hombres. Evidentemente, inferior al uno por mil, porque seguramente esta mujer, Edurne Pasabán, valdrá menos de la centésima parte (será como mucho el 0,8999%) de un hombre, lo que confirma la proporción: 9 hombres es más de mil veces una mujer.
Todo clarísimo, confirmado por las cifras, por si hubiera dudas . . .
Eso si, por el resto, el artículo es instructivo y hasta ameno. Una vez más ¡Que pena de números disparatados!
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