No es por mala leche, pero El País del lunes (es decir, el famoso número 10.000) contenía uno de los mejores ejemplos que he encontrado hasta ahora de gráficos radicalmente inútiles. O peor que inútiles, porque no sólo no ayudan al lector a entender mejor los datos, sino que producen una impresión visual engañosa, que distorsiona los datos.
El gráfico estaba en la noticia titulada "La delincuencia bajó un 2,12% en los primeros nueve meses de 2004", pero se refería sólo a los primeros seis meses del año. Es éste:
¿No es genial? Las barras claras y oscuras (2003 y 2004) no son proporcionales. Pero entonces no sirven para nada. O lo que es peor, confunden. Para "entender el gráfico" hay que leer los números, todos, y literalmente prescindir de las barras, que dan una falsa impresión.
¿De qué sirve un gráfico de barras, si no es para expresar visualmente la proporción entre dos o más números? De nada. Hubiera bastado una tabla con los números que están en cada barra, y el porcentaje de descenso que aparece debajo. En general, cuando sólo hay dos números que comparar, un gráfico de barras no añade nada a los números. Sólo cuando hay una serie de datos relativamente larga el gráfico ayuda de verdad (si está bien hecho, claro).
Pero en los periódicos de hoy, ilusionados con el juguetito del ordenador que hace gráficos, nos cascan de vez en cuando tonterías como ésta. Y lo asombroso no es que el becario con el ordenador las haga. Lo asombroso es que el redactor de la noticia y el jefe de la sección las pasen.
Comentarios hasta el 27-12-09
Es una lástima que los periódicos funcionen así, pero ¡cómo van a hacerlo bien los periodistas si estos errores están hasta en los libros de texto de los escolares. ¡Pasmoso lo que uno encuentra por ahí en cuanto mira los "dibujos" o "santos" con que se ilustra casi cualquier presentación.
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