He aquí la pieza, debidamente comentada:
Un 'tercer grado' bajo las jaimas de Madrid
[Mal empezamos: Titular sesgado que toma partido por los que critican a la encuesta, con una figura metafórica muy grave: un "tercer grado"]SOS Racismo denuncia el tono criminalizador de un sondeo de la Complutense en hogares marroquíes
Llaman al timbre. Se te meten en casa sin tener cita.
[Nadie se mete en tu casa: te dice que está haciendo una encuesta, y que si quieres participar. Si dices que no: se acaba la cuestión]
Te encañonan a punta de bolígrafo y a quemarropa interrogan. Ra-ta-ta-ta-tá.
[Te hacen preguntas de un cuestionario al que has accedido a responder; todas ellas permiten responder "no sabe/no contesta"]
«¿Quiénes viven en el hogar?».
[Se pregunta en miles de encuestas que se hacen en España y en todo el mundo]
«¿Con qué frecuencia lee el Corán?». «¿Con qué frecuencia suele rezar en la mezquita?» [Preguntas equivalentes en encuestas a españoles: "¿con qué frecuencia va usted a misa?" "¿Se considera usted una persona religiosa?"].
«En el último mes, ¿cuántas veces se ha reunido con amigos que fueran musulmanes?». «¿En qué medida está de acuerdo con la siguiente frase: 'Los atentados del 11 de Marzo en Madrid fueron un acto de defensa del islam'?»...
[Llevamos años preguntando a los vascos en encuestas si están de acuerdo con la violencia de ETA]
El inmisericorde tercer grado [la encuesta voluntaria] tiene en vilo a la comunidad marroquí residente en la capital, [los autores de la encuesta han recibido la queja de exactamente una de las personas encuestadas: este dato lo tenía el periodista cuando escribió la noticia] que ha alertado [alertan personas, grupos o asociaciones no comunidades] de la encuesta acoso, [¿en qué consiste el acoso?] el sondeo submarino [¿qué tiene de submarino, si los entrevistadores se presentan como tales, explican lo que hacen, dan el nombre de la empresa que les ha contratado?] que se ha colado [no: ha pedido permiso para entrar] en el salón familiar y los ha puesto a todos [200 personas entrevistadas] bajo sospecha [¿sospecha de qué, de leer el Corán, de ir a la mezquita, de verse con personas de su misma religión?], el periscopio asomando bajo la mesa camilla.
Lo denuncia SOS Racismo [ya tenemos el sujeto del verbo alertar], a cuya Oficina de Información y Denuncias han llegado pidiendo asilo ético [¿qué es eso?] los aludidos [¿quiere decir los encuestados? ¿"los"? ¿todos? ¿cuántos? SOS Racismo nunca ha dicho a los autores de la encuesta cuántas personas se han dirigido a ellos para protestar] y en busca de respuestas: que por qué se les pregunta esto y lo otro [los autores del estudio han respondido sobre eso a la única persona que se quejó ante ellos; SOS Racismo no puede responder a esas preguntas], que por qué tienen sus datos los encuestadores [pregunta respondida también por los autores a la misma, única persona, que se ha quejado sobre ello], que quién puede creer que se alegran ellos, precisamente ellos, siempre ellos, de la masacre del 11 de Marzo... [¿quién habla de alegrarse?; la pregunta sobre el 11-M (ver más arriba) habla de si es una defensa justa del Islam; las preguntas sirven para conocer las opiniones, para eso se hacen, ¿hay preguntas tabú que no se pueden hacer? ]
«Hay preguntas que afectan directamente a la libertad religiosa de las personas, como las referidas a sitios donde se ha recibido formación islámica, si se envía dinero a alguna organización, intensidad de vivencia del hecho religioso...» [ninguna pregunta de una encuesta voluntaria, que incluye entre las opciones de respuesta el "no sabe/no contesta" afecta a la libertad de nadie: uno puede no contestar al conjunto de la encuesta, o no contestar a esa pregunta en particular; el CIS y todas las empresas privadas españolas preguntan cotidianamente a la gente por sus ideas políticas, su religiosidad, su sexualidad y no sé cuántas cosas más: nadie ha sugerido nunca que preguntar esas cosas viole la libertad religiosa, política o sexual de nadie], se queja SOS Racismo en una carta remitida a los autores del interrogatorio, la consultora IMOP (Instituto de Márketing y Opinión Pública) [La consultora IMOP respondió a esa carta. ¿Por qué no se cita literalmente también algunas de sus respuestas?]. «Creemos que indagar sobre estas cuestiones genera miedos y susceptibilidades legítimas en las personas encuestadas [El miedo y la ignorancia son libres]. Se pueden estar violando principios básicos que consagran la intimidad y los derechos de las personas» [No se están violando, y SOS Racismo lo sabe, y también el periodista.].
La encuesta de la discordia es un encargo de la Universidad Complutense de Madrid. Resulta que el sondeo forma parte de un proyecto académico internacional, financiado por la Comisión Europea, sobre las incorporación de inmigrantes musulmanes en varias áreas de Europa: una realizada entre personas residentes en Londres llegadas desde Bangladesh, obra de la University College of London; otra, hecha entre ciudadanos turcos que llegan a Berlín, firmada por la Universidad de Bielefeld; la última, la perpetrada por la Complutense. [Casi le sale un párrafo entero sin malicia ni insididas, pero el periodista no puede aguantarse. Tiene que poner lo de "perpetrada" para que quede claro su punto de vista.]
«Usted ha sido elegido al azar para tomar parte en este estudio.Le ruego que acepte contestar a este cuestionario», se lee en el encabezamiento [Justo y cierto: los encuestados fueron elegidos al azar entre inmigrantes marroquíes]. Y a responder [si uno quiere]: «¿Ha asistido alguna vez a una escuela islámica?». «¿Trabaja o hace negocios con gente que vive en Marruecos?» [¡¡cómo se atreven!!]. «¿Con qué frecuencia viaja allí?» [¡¡qué pregunta tan terrible!!]. «¿Participa regularmente en las actividades de una organización religiosa?».
Más de un centenar de cuestiones [de las cuales, con dificultad, el periodista entresaca 3 ó 4 delicadas] indagan sobre lo divino y lo humano, sobre lo que uno hace o deja de hacer [Justamente esa es la función de las encuestas]. Tanto, que SOS Racismo se ha dirigido ya por carta a IMOP y a la universidad pidiendo explicaciones [esto ya se ha dicho antes; también he dicho yo que SOS Racismo ha recibido amplias respuestas, que se omiten] y reservándose el derecho de acudir a los tribunales [será a la boda de algún amigo porque aquí no hay nada que denunciar].
La pregunta tenía un precio [quiere decir la encuesta]. A 12 euros se ha pagado cada encuesta realizada [¿Y? ¿Hay alguna empresa de encuestas en este país que use voluntarios? ¿Qué relevancia tiene esto para la "noticia" que está contando el plumilla este? ¿Cuánto le han pagado a él por escribir esta mierda?]. A las huestes [¿por qué no hordas?]de encuestadores se les daba un mapita del objetivo, sus datos personales, su domicilio y teléfono... [¿cómo sabe que era un mapita y no un mapazo?; ¿les daban un mapa de las personas a las que iban a entrevistar? ¡Qué mapa más raro!]Todo sacado del censo del Ayuntamiento, cuyos técnicos de estadística han facilitado los datos a la consultora.
«Estamos ante una cesión de información ilegal. [No lo cree así el ayuntamiento] A la gente no se le explicaba para qué era el trabajo [No se explica en ninguna encuesta; pero se les daba el nombre de la empresa que lo hacía, para que pudieran ponerse en contacto con ella si algo no les gustaba y así lo hizo una persona, ninguna más]; se plantea que todos han sido elegidos al azar, pero previamente se tiene una radiografía completa, nombre, apellidos... [No es incompatible: se hace una elección al azar de una lista de personas de las que se tienen los nombres y apellidos; esto es exactamente lo que se hizo, como se le ha explicado a SOS Racismo y al periodista]», cuenta Diego Lorente, portavoz de SOS Racismo. «Luego están las consideraciones éticas: después de los atentados del 11-M, la gente marroquí no está como para que vayamos a su casa a tomar un café y a preguntarles que qué les pareció aquello... [¿Están los vascos para que se les pregunte por el plan Ibarretxe? ¿Sobre ETA? ¿Están los españoles para que se les pregunte sobre el 11-M? ¿Por qué lo hacemos todo el rato y esto no viola alguna extraña consideración ética?]Lo que se provoca es miedo, y una sensación terrible de estar continuamente bajo sospecha por venir de donde vienes» [¿Cuántas personas han tenido esas sensaciones? ¿Cuántas denuncias ha recibido SOS Racismo?].
Cierto es que tanto los directores del estudio de la Complutense como los de IMOP se han comprometido formalmente a garantizar la absoluta confidencialidad de los datos, a no entregarlos a terceros, a no utilizarlos con fines distintos a los declarados y a destruirlos una vez terminado el trabajo [es decir: han hecho todo bien, a pesar de lo cual, este texto lleva párrafos y párrafos echándoles mierda encima]; pero el caso es que a la comunidad musulmana les sabe a cuerno quemado el asunto [¿cómo sabe el periodista lo que piensa "la comunidad musulmana"? ¿se lo habrá contado SOS Racismo? ¿cómo lo saben ellos? ¿les habrán hecho a una encuesta? ¡¡¡Ah, no, que no se puede!!! SOS Racismo y el periodista saben lo que piensa la comunidad musulmana sin preguntárselo, por ciencia infusa. Qué lástima que los profesores de universidad no tengan esta capacidad, para evitarse estos engorrosos trabajos y de paso que periodistas ociosos y desvergonzados les acusen de racismo].Y, a decir de diversas asociaciones [¿dos?], la legalidad del interrogatorio [encuesta voluntaria] está en entredicho.
Si bien el artículo 11.2 de la Ley de Protección de Datos dice que se pueden ceder ficheros personales entre administraciones públicas con fines estadísticos, el artículo 11.3 especifica que eso será posible sólo cuando al encuestado se le aclare para qué es la encuesta, quién hay detrás y su finalidad. Algo que no recoge la misma, denuncian, ni le ha sido comunicado a los inmigrantes elegidos. [Se les decía que era una encuesta sociológica y quién la hacía]
A Said Azzouzi, portavoz de la organización Ibn Batuta, colectivo de marroquíes en España, la encuesta le parece tan inocente como un polvorín. «Con preguntas de este tipo lo que se hace es generar más miedo entre una población que ya está asustada de por sí.¿Quieren conocer a los marroquíes que viven en Madrid? [Sí: por eso les hacemos encuestas; sin ellas no podemos conocerlos] No los prejuzguen nunca» [¿Quién prejuzga? ¿Preguntar es prejuzgar?].
[Lo que viene a continuación se ofreció en una columna separada de la noticia principal, con menor tipo en el titular]
La empresa encuestadora: «Hay demasiada susceptibilidad»
MADRID.- «Quizás hubiera sido más correcto que, en el documento que se le daba a los encuestados, hubiéramos puesto que los datos personales se iban a destruir posteriormente, especificar que no iban a ser cedidos a nadie... No sé hasta que punto es precriptivo hacerlo, porque nosotros sabemos que, por ley, estamos obligados a guardar el anonimato», admitía ayer Isabel Peleteiro, directora técnica de IMOP. «En cualquier caso, creemos que la encuesta no atenta contra nadie. Hay demasiada susceptibilidad. A los católicos también se les pregunta si van mucho a misa y no pasa nada». [Los autores de la encuesta creen que han hecho lo correcto, pero el periodista empieza con esa afirmación, sino con una especie de "disculpa" sobre un aspecto marginal de sus declaraciones]Lamentando el revuelo, la consultora a la que se le encargó la encuesta aclaraba que se había obrado «de buena fe», «honestamente», «contratando a intérpretes marroquíes»... [¿Ha encontrado el periodista alguna prueba de lo contrario, aparte de la paranoia de algún entrevistado, secundado por una ONG? Si todo el sustrato de su noticia son miedos de personas no identificadas, ¿por qué dice en el texto que la encuesta es un "tercer grado inmisericorde", que ha sido "perpetrada"?] Un total de 200 personas han formado parte de la encuesta. Con un nivel de respuesta «no especialmente bajo». [Es decir: la negativa a contestar es comparable a la de cualquier encuesta hecha entre españoles: buena medida de la "alarma" creada en la comunidad marroquí.]
Berta Alvarez, profesora del departamento de Sociología III de la Universidad Complutense y principal encargada del estudio, considera que la acusación «está fuera de toda medida». [Y ha aportado todo tipo de explicaciones al periodista para justificarlo. Por ejemplo, que un alto porcentaje de los encuestados respondieron, al final de la encuesta, que les había parecido bien responder a ella, y que si volvieran a hacerles una encuesta semejante volverían a participar. ¿No es este dato digno de ser reseñado?]
«Dudé mucho en incluir la pregunta de los atentados del 11-M», [lógico: es delicado, pero no tabú] señala, «pero al final todos han respondido que nada tienen que ver con el islam... Que nadie dude de que nuestra intención era mejorar el conocimiento mutuo y la convivencia». [Pobrecilla. No sabía con quién hablaba. Con un impresentable que ha escrito un texto panfletario utilizando todas las armas retóricas a su alcance para presentar la encuesta voluntaria a 200 personas como si fuera un interrogatorio forzoso y malintencionado a todos los inmigrantes marroquíes en Madrid.]
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A mis preguntas habituales de Malaprensa añado otras ¿por qué tanta mala baba de parte del periodista? ¿por hacerse el gracioso? ¿el literato? ¡¡¡Esas primeras frases con el ra-ta-ta-tá.!!! ¿Quién se cree que es? ¿Qué cree que está escribiendo? ¿Una novela? ¿No se da cuenta del daño que hace con sus irresponsables acusaciones a empresas, instituciones y personas? ¿Le da igual? ¿Le produce placer usar su tribuna para hacer daño a gente que es tan palmario que ha hecho su trabajo razonablemente bien y que no tiene ninguna agenda oculta?
Comentarios hasta el 27-12-09
"Los cuestionarios de las encuestas deben esta bien diseñados, por profesionales con experiencia o basándose en cuestionarios bien realizados."
ResponderEliminarOk, solo coincido en que los cuestionarios de las encuestas deben estar bien diseñados.
Antes de pretender sentar cátedra (me refiero al profesional de El Mundo), el periodismo deben ejercerlo profesionales con un mínimo de seriedad y profesionalidad e imparcialidad, que no se dejen influenciar por sus entrevistados para vender artículos y se pasen el código deontológico por donde la espalda pierde su nombre. A la vista está que ciertos profesionales no son periodistas, sino perio-listos.
"Te encañonan a punta de bolígrafo y a quemarropa interrogan. Ra-ta-ta-ta-tá." Madre mía, cuánto dramatismo ¿hace falta esto para decir cómo ha ido una encuesta?. Le falta ambientarlo con el típico loco corriendo bajo las bombas de Afganistán y una pieza de Hans Zimmer para ambientar. A esto no se le puede llamar periodismo.
En fin, que estoy a cuadros con el nivelazo de algunos perio-listos. Tantos buenos periodistas en paro y otros cobrando, con semejantes artículos (y ojo, que en ningún momento me refiero a malaprensa, aviso a navegantes).
Un saludo, Josu.