El peso de España en el mundo

Los periódicos españoles suelen emocionarse cada vez que alguien remotamente conectado con lo "español" (incluyendo todo lo hispano en Estados Unidos) triunfa en algún sector. Supongo que lo mismo pasa en otros países. Desde luego, las páginas deportivas son básicamente una exhibición de nacionalismo (véase la histeria de la semana pasada con Fernando Alonso). Y a menudo las páginas culturales también barren para casa, con noticias cuyo único interés parece ser celebrar el triunfo de un compatriota (el escritor español fulano de tal vende sopotrocientasmil copias de su novela en el país XXX, el director de escena mengano presenta su montaje de la ópera bla bla en el teatro de la ciudad ZZZ...). Naturalmente, a escala de región/nacionalidad/nación (táchese lo que no proceda), lo mismo pasa con los periódicos de ámbito vasco, catalán, gallego o de cualquier otro territorio.

Así que quiero llamarles la atención sobre el ranking de los 100 intelectuales más influyentes del mundo, propuesto al alimón por Foreign Policy y Prospect (vía Johan Norberg), y en la que incluyen intelectuales en un sentido muy amplio: novelistas, líderes religiosos, economistas, ecologistas, filósofos, historiadores, juristas.... La lista tiene un sesgo anglófono evidente, derivado de la localización de las dos revistas que lo proponen (34 personas son de Estados Unidos, 12 del Reino Unido, más 3 australianos, y 3 canadienses). Más ampliamente, hay un sesgo occidental, con otros 17 nombres provienientes de Europa (entre otros, 4 franceses, 3 alemanes, y 2 italianos), lo que deja sólo 31 espacios para nombres de países en desarrollo o no occidentales: 12 de extremo oriente (dos japoneses, tres indios y cinco chinos entre ellos); 9 de Oriente Medio, 6 de África sub-sahariana y cuatro de America del Sur Iberoamérica (un brasileño, el ex-presidente Cardoso, y 3 hispanoparlantes: Vargas Llosa y Hernando de Soto, de Perú, y Krauze, de México) (La cuenta es mía, y la hecho según país de nacimiento en el caso de "doble afiliación").

Espero con curiosidad a ver cuál es el eco que este ranking tiene en nuestros medios, y cuántas reflexiones se producen sobre la llamativa (pero probablemente justa) ausencia de cualquier nombre español de la lista, que yo creo que daría para muchas meditaciones de interés.