24 de octubre de 2005

Lectura esencial

El otro estatuto es tan o más importante que el que tanto nos ocupa, como Juan Varela insiste a menudo en sus dos blogs. Ayer el presidente de Reporteros Sin Fronteras nos lo decía muy claro en ABC: el proyecto de estatuto presentado por IU es un puro disparate, una subversión total del papel de la prensa (que de controladores se convierten en controlados) y el proyecto alternativo de las Asociaciones de la Prensa es también malo, porque limita el ejercicio de la profesión de periodismo a los titulados. Y esto contradice el artículo 20 de la Constitución, que reconoce y protege el derecho "a comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión".

Actualización (11:07): Íñigo Sáenz de Ugarte escribe hoy un duro alegato sobre el asunto en Guerra Eterna. Párrafo clave:
Los mismos políticos que durante 25 años se han mostrado incapaces de desarrollar una televisión pública independiente, tanto en el ámbito nacional como en el autonómico, serán los encargados de nombrar a los nuevos vigilantes de los periodistas. Los mismos que nombraron a los que nombraron a María Antonia Iglesias o Alfredo Urdaci serán ahora los que examinen si nuestro trabajo se acomoda a sus principios éticos.
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