Muchas veces en Malaprensa se recuerda a los periodistas que el cotejo o la ampliación de una información esta a un par de clicks de ratón, y que no tienen por qué limitarse a reiterar o parafrasear la nota de prensa de la organización de turno. No creo que sea mal consejo, pero, a veces, uno casi preferiría que el periodista se limitara a la nota de prensa. En este artículo de ABC sobre la última Encuesta de Morbilidad Hospitalaria del INE, el periodista aporta datos de su cosecha, más allá de la nota de prensa, otorgándoles la máxima importancia. Al menos, me da esa impresión, pues no he visto esos datos en ningún otro sitio.
El titular reza así: “Los trastornos mentales por uso de drogas se elevaron un 28,5% en sólo dos años”
Y en el texto se afirma:
Los efectos psíquicos para la salud ocasionados por las drogas ya han alcanzado en número de afectados a los del alcohol. En 2002, los hospitales españoles entregaron 6.810 altas hospitalarias por enfermedades relacionadas con los trastornos mentales y del comportamiento debidos a los estupefacientes. Un año después, en 2003, la cifra ascendía a 9.550 (29% de incremento). Y no era ocasional o esporádica, porque en 2004, el número de altas por estas mismas patologías se mantuvo, reduciéndose sólo en 25 personas (9.525, lo que supone un 28,5% de incremento sobre 2002).Muy interesante, y parece encajar con lo que sabemos de la evolución del consumo de drogas, en adultos y en jóvenes, y encaja, también, con una encuesta reciente en la que se muestra que, entre los drogodependientes, la presencia de patologías mentales es muy elevada. Sí, sí, qué datos más interesantes, y que bien encajan con lo que sabemos (¿y con nuestros prejuicios?).
Pues no, pues no (y bájese del camión, como decía el chiste). El periodista podía haber pensado que un cambio tan brusco de un año al siguiente no es normal en casi ningún fenómeno social de los que podemos, grosso modo, medir. A mí, desde luego, esos cambios bruscos me hacen saltar las alarmas. En este caso, la explicación de es la más habitual: una ruptura en la serie. Veamos.
En 2002,
Ni idea de por qué antes no se unía la
El misterio, probablemente, ya está explicado y el titular, y el argumento defendido por el periodista, muy debilitado (1). Una lástima, mejor suerte la próxima vez. Mejor dicho: ya que se pone a elaborar los datos por su cuenta, tenga más cuidado y pregúntese por el significado concreto de esos datos—ni siquiera eso puede darse por supuesto. Que luego esos titulares y esas cifras adquieren vida propia y resultan muy difícil de eliminar de la discusión.
(1) En realidad, la serie de la que hablamos está llena de rupturas. A pesar de ello, en los años en que tiene continuidad, lo que sugiere es que, ejem, la tendencia es, más bien, a la baja o al mantenimiento de las cifras absolutas. Lo pueden comprobar ustedes mismos, con un poco de paciencia.
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