Lo cierto es que, independientemente de las motivaciones de unos y otros, hay argumentos serios y razonables para dudar de que la Y vasca sea el mejor destino para los muchos millones de euros que va a costar. Si les interesan estos temas, les recomiendo el informe del profesor de la UPV Roberto Bermejo (pdf), publicado en 2004, que destaca la mínima incidencia de la Y sobre el conjunto de las necesidades de transporte del País Vasco (su estimación es que transportaría el 1,3% de los viajeros-km anuales del País Vasco, aunque hay que objetar que no incluye nada sobre los viajes con origen o destino en otros territorios, como por ejemplos los viajes Madrid-País Vasco que hoy se realizan en avión o en otros medios y pasarían al tren). Agradezco cualquier referencia a otros estudios más favorables.
En todo caso, la oposición de ELA, sumada a la de la izquierda abertzale (que, teniendo en cuenta los desgraciados precedentes de Lemóniz y Leizarán, no augura nada bueno), ha hecho sonar todas las alarmas, y ha movilizado en defensa del proyecto a las demás fuerzas políticas (de manera unánime), a los empresarios... y por lo que parece, también a algún medio de comunicación.
Efectivamente, hoy en El Correo se publica una noticia con este titular: "La 'Y' paliará una fuga de 2.000 millones de euros al año por costes del transporte".
Los 2.000 millones de euros es la estimación que acaba de hacer pública el Gobierno Vasco sobre todos los costes para la sociedad vasca de las externalidades negativas de todos los transportes, incluyendo, por supuesto, daños directos derivados de los accidentes (que se llevan 780 millones), contaminación del aire (517 millones), y otros.
Pues bien, como en el informe se destaca que la mayor parte de esos daños los causa el transporte de carretera, y se observa también que el daño unitario por pasajero-kilómetro o por tonelada-kilómetro es menor en el transporte por ferrocarril que en el transporte por carretera, la noticia se permite escribir lo siguiente:
Con estas cifras, el Ejecutivo autónomo ve reforzada aún más su defensa de la 'Y' ferroviaria. Pese a que no disponen de una previsión del ahorro que para las arcas públicas supondrá su operatividad, la consejera de Transportes, Nuria López de Guereñu, avanzó ayer que «se traducirá en una mejora importante».Resulta cuando menos curioso que después de hacer un estudio tan exhaustivo y cuidadoso de los impactos de los diferentes medios en diferentes dimensiones, no puedan al menos estimar aproximadamente que porcentaje de reducción se produciría con la Y (no hace falta estar de acuerdo en todo con Bermejo para comprender que no puede ser muy alto, ya que los viajeros-km recorridos entre las tres capitales son un porcentaje muy bajo del total de viajeros-km del País Vasco).
Pero claro, si no se especifica se puede fomentar un titular como el de El Correo, que no sé si conscientemente, cae en la trampa: la Y paliará una pérdida de 2.000 millones. Fíjense en el verbo elegido: paliar, que dice el DRAE que significa, entre otras cosas, suavizar, atenuar. Cualquier reducción del daño, por pequeña que sea, supone paliar ese daño. Aunque claro, me pregunto si el Gobierno Vasco incluirá en sus cuentas el coste de esa infraestructura. A lo mejor cuesta más de lo que palía.
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