6 de mayo de 2012

Plagio en El País: lo que se dice, y lo que no

El defensor del lector de El País publica hoy un artículo, que les recomiendo, casi tan interesante por lo que no dice como por lo que dice. El expresivo título es Copiar y pegar, y habla de cómo, tras la llamada de atención por parte de un lector, ha quedado al descubierto que un artículo publicado el pasado domingo en la sección de Psicología de El País Semanal, titulado "Las preguntas que importan", y firmado por Miriam Subirana (al parecer no disponible online), es en una buena parte (alrededor de un tercio) un plagio de un texto titulado "El arte de las preguntas poderosas", de Eric
 E. 
Vogt,
 Juanita 
Brown y 
David 
Isaacs.

En definitiva, que la colaboradora le ha hecho un AnaRosa a El País, dándoles a publicar un texto plagiado en buena parte (como en aquel caso, quién sabe si si solo de una fuente). Es loable que ante una metedura de pata de este calibre, el defensor del lector la reconozca públicamente, teniendo en cuenta además que el caso, por lo que he visto, no había sido señalado por otros medios, ni había circulado por las redes sociales. Es decir, que "nadie" se había dado cuenta, y a pesar de ello El País decide hacerlo público.

Dicho esto, hay varias cosas en el artículo del defensor del lector que me parecen llamativas:
  • El defensor del lector parece tener miedo a decir con todas las letras que el artículo publicado es un plagio. Cuenta, por un lado, que contiene muchos párrafos copiados y solo ligeramente retocados. Y cuenta, por otro lado, que "según la Real Academia, plagiar consiste en “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”." Pero no verbaliza en ningún momento la conclusión lógica de las dos afirmaciones previas. De hecho, la palabra plagiar sólo aparece en el texto en esa cita del DRAE.
  • Se echan en falta también en el texto otras cosas que se dicen a medias, pero podrían decirse más explícitamente. Por ejemplo "pedimos perdón a nuestros lectores". No lo dice el defensor, ni tampoco el subdirector de El País Semanal a quien se le pide su opinión sobre el asunto. El País puede, sin duda, en un caso como este, argumentar que ha sido víctima de un engaño. Y por ello, los lectores serán comprensivos. Pero también tiene una parte de responsabilidad in eligendo o in vigilando como nos decían en las clases de Derecho. Eligió a la persona equivocada y/o no tomó las medidas adecuadas de supervisión de su trabajo, con el resultado de que ha dado a sus lectores mercancía defectuosa, por la que debería pedirles perdón.
  • Por cierto, en relación con la culpa in eligendo, otra sección curiosa del artículo es el párrafo dedicado a resumir el curriculum de la autora, en el que se ve que su única titulación universitaria es en Bellas Artes (¡doctora, nada menos!), mientras que en disciplinas relacionadas con la psicología tiene imprecisa formación, por universidades americanas (como la Case Western Reserve University) o por entidades como la International Coach Federation, incluyendo cosas como "formada en Eneagrama", que parece ser un método de análisis de la personalidad más cercano al esoterismo y el misticismo que a la psicología científica. Tal vez de aquellos barros vinieron estos lodos: se empieza por contratar a alguien que no tiene rigor en distinguir la ciencia de la palabrería y se acaba descubriendo que esa persona no tiene tampoco el rigor necesario para distinguir entre la cita y el plagio.
  • Lo que me lleva a otra de las omisiones interesantes: no hay mención ninguna a que El País vaya a emprender acciones legales contra Miriam Subirana, que vaya a reclamarle la devolución de lo pagado por la colaboración, o que vaya a evitar toda colaboración futura con esta autora. Es posible que todo esto se vaya a hacer, y no se diga, pero a mi juicio debería hacerse público y explícito, entre otras cosas para hacer valer ante los lectores que un periódico serio como El País no deja impune que le engañen, y engañen de rebote a sus lectores. 
  • Por cierto, resulta que Miriam Subirana ha publicado unas cuantas veces en El País en los dos últimos años. ¿Va el periódico a hacer una revisión de los demás textos publicados por esta colaboradora, para ver si hay más casos de plagio? ¿Lo ha hecho ya? ¿No creen que sea necesario? A mi juicio sería una medida imprescindible, ya que la experiencia dice que cuando se pilla a alguien plagiando no suele ser la primera vez que lo hace. La obra periodística (al menos) de esta señora está bajo sospecha, mientras no se haga una revisión cuidadosa de la misma. 
  • A esa sospecha contribuyen sus penosas explicaciones al defensor del lector, que muestran la ligereza con la que esta señora entiende que se puede copiar y pegar sin citar. Si ese es su estándar sobre un trabajo correcto, hay que suponer que lo aplica a todas sus obras, y por tanto no sería de extrañar que varios de los artículos publicados anteriormente en El País tuvieran el mismo tipo de graves plagios.
Para terminar, una reflexión que no tiene que ver con el periodismo, sino con la educación en España. Esta señora que, repito, es doctora por una universidad española, se justifica de manera muy similar a los alumnos de universidad a los que, más a menudo de lo que quisiera, pongo un cerapio por plagiar en sus trabajos. En muchos casos su reacción es de auténtica sorpresa, porque al parecer nunca nadie les ha explicado bien qué es esto del plagio y la honestidad intelectual (yo lo intento). Creo que ahí tenemos un problema grave en nuestro sistema educativo, tanto en secundaria como en la universidad, donde el copia y pega se deja pasar, por falta de vigilancia (tal vez los trabajos no se leen como es debido), o por mal entendida tolerancia, con el resultado, lamentabilísimo, de que los alumnos llegan a la licenciatura con ideas borrosas sobre lo que es la cita y el plagio, y no es raro tener que llamarles la atención sobre ello incluso cuando están elaborando sus trabajos de fin de grado.

Hace ya años, cuando me enfrenté por primera vez al problema, comprobé espantado que en ninguna universidad española había una política clara al respecto, ni un código de conducta público y bien difundido sobre honestidad académica (que, por supuesto, debería ser de aplicación tanto a alumnos como a profesores). Sospecho que sigue sin haberlo (avísenme si no es así y conocen algún caso). Y así, aunque ovejas negras puede haber siempre, incluso cuando las reglas están claras, les confieso que tampoco me sorprende tanto ver que una doctora no conozca (o no aplique) reglas básicas de la honestidad intelectual en su trabajo, porque este es un tema que en el sistema educativo, y en la universidad española, se discute poco y mal.

20 comentarios:

  1. ¿Por qué cualquier iluminado vale para hablar de psicología?

    Pero todavía es peor: una sección en la que escriben iluminados recibe premios del Colegio Oficial de Psicólogos.

    En momentos así me pregunto por qué me dejo las pestañas para formar a mis alumnos como psicólogos.

    ---

    La argumentación de la Dra. Subirina es penosa. Desde su puntuo de vista, referenciar anula la posibilidad de plagio.

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  2. Tiene narices. El país reconoce algo de lo que nadie se había dado cuenta (ni siquiera los listísimos internautas ni el listísimo blogger), y Malaprensa pone pegas. Para quedar más listo que los demás, supongo.

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  3. Tengo entendido que en Ciencia Pol. y RRII de la UAM parecen tener una política sobre plagios que no sé bien con qué niveles de control se corresponde, aunque sí me consta que se publica una nota de advertencia frente al plagio, por lo menos, en los temarios. No obstante, en Derecho (comparten Facultad e instalaciones) durante años nunca vi nada parecido. Y que conste que lo digo como antigua alumna de Derecho y no de Políticas.

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  4. He aquí una experiencia propia. Recibí respuesta y disculpas del plagiador, pero nunca jamás recibí respuesta por parte de ningún responsable de XL Semanal:

    http://davidllada.com/blog/2009/01/24/%C2%BFintertextualizacion-plagio-o-mucho-morro-i/

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  5. Yo creo que a esta señora directamente deberían colgarla por los pulgares del palo mayor en acto público para mofa y escarnio del resto del personal. Ah, y sobre todo, marcarla con una letra escarlata para que todos sepamos con quien nos cruzamos por la calle. Al fin y al cabo, ha sido encontrada culpable de delito de remedo y apropiación indebida. El defensor del lector ha hecho su trabajo, probablemente se revisen sus trabajos anteriores, probablemente no la vuelvan a contratar para nada parecido a aquello en lo que desempeña ignominiosamente su labor...En fin, y ahora en serio, una cosa es el delito, su reconocimiento, su castigo, y otra muy diferente es la "venganza".
    Saludos.

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  6. Joerace,
    No he pedido ensañamiento. Sólo investigación y transparencia. Más o menos lo mismo que pide la prensa cuando en otras áreas de la vida social se pilla a gente engañando o mintiendo. ¿No debería la prensa exigirse a sí misma tanto como pide a otros?

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  7. Ante una experiencia similar con mis alumnos universitarios, plantee (seriamente) dar una clase para enseñarles a citar/copiar. Porque había alguna que no se había molestado ni en igualar la tipografía o en quitar los links que se le metían en mitad del texto...

    Me deprimí mucho...

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  8. No sé, a mí también me parece ensañamiento con la réplica de la defensora del lector, que me parece que dio una respuesta muy aceptable al tema. Desde luego, cualquier respuesta es mejorable y todo eso, pero este "despiece" me parece excesivo tratándose de un escrito en el que un medio reconoce un error.

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  9. Anónimo,
    Tal vez no acerté con el tono, ya que lo que quería decir es
    a) bien por El País, que hace algo que muchos otros no hacen en España;
    b) aún así, El País queda lejos del estándar en otros países que creo que debería ser al que aspiramos
    c) este caso sirve para recordarnos que tenemos un problema con este tema en el sector educativo español (del que soy parte).

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  10. Sobre el tema de la educación "antiplagio" en la universidad española, conozco algo el tema des del punto de vista de las bibliotecas universitarias. Le estan dedicando esfuerzos porque las bibliotecas cada vez mas se dedican a tareas "no tradicionales" de apoyo a la docencia. Algunos ejemplos http://biblioteca.uv.es/castellano/servicios/formacion_usuaris/Plagio-2010.pdf, http://bibliotecnica.upc.edu/es/content/como-evitar-el-plagio-como-detectarlo, http://biblioteca.ua.es/es/propiedad-intelectual/aprende-sobre-el-plagio-y-como-evitarlo.html, http://www.uah.es/biblioteca/ayuda_formacion/plagio.html...

    Como se difunde a nivel de las clases no lo conozco tan bien. Sin embargo en mi universidad se acaba de comprar un programa antiplagio, Turnitin (http://turnitin.com/), despues de evaluar otros como Compilatio (http://www.compilatio.net/es/). Lo tienen que implementar el proximo curso, y supongo que tendran que explicar antes a los alumnos que estan "bajo vigilancia" y como evitarse problemas...

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  11. Rosie,
    Gracias por las referencias. Yo tengo alguna similar de alguna otra biblioteca que, como dices, cada vez se dedican más (o lo intentan) a dar formación sobre la tarea del aprendizaje, el estudio y la investigación, de una manera más amplia. Pequeña maldad: algunos de los textos de las universidades son muy similares entre sí.... y no se citan!!! (ja, ja)

    Sobre Turnitin: lo conozco de oídas y creo que está muy implantado en USA, y parece que funciona bien. No sé qué coste tendrá, pero si no es muy alto sería una herramienta muy buena para liberar a los profesores del trabajo policial de buscar online para cerciorarnos de que lo que leemos es genuinamente trabajo de los alumnos (tristemente, cuando uno lee un párrafo "demasiado bien" escrito tiene que desconfiar). Una de las ventajas es que va almacenando los trabajos remitidos, de manera que previene no solo contra la copia de la red, sino también contra la copia, consentida o no, entre diferentes promociones de alumnos.

    Pero como dices, eso debería ser parte de un proceso educativo más general de la universidad hacia los alumnos que explicara por qué se persigue el plagio, como parte de su formación y de la adquisición de valores imprescindibles para ser un buen profesional.

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  12. En la Universidad en la que he estudiado (Pablo de Olavide, Sevilla) existe un protocolo anti-plagio, de tal forma que el alumno se compromete a no plagiar en sus trabajos. En la práctica esto no se aplica ni mucho menos a rajatabla, y yo al menos no conozco ningún caso. Reconozco que personalmente me ha matado siempre encontrarme trabajos de compañeros absoluta y literalmente plagiados en gran cantidad, porque [i]no pasa nada[/i] y encima si lo denuncias casi nadie lo entiende y te miran mal. Recuerdo que hace años, en una asignatura que no me hacía demasiada gracia, teníamos que hacer un trabajo de fin de cuatrimestre. Mi trabajo, para qué negarlo, no fue gran cosa, pero lo curioso es que cuando publicaron las notas de los trabajos aparecía en una columna la calificación y en otra el "porcentaje de plagio", determinado por algún tipo de software informático. Todos, absolutamente todos los trabajos menos el mío (y serían más de 20), tenían un valor superior a 0, es decir, tenían al menos una parte plagiada. Algunos llegaban nada menos que al 50%.

    Bueno, pues yo me quedé con mi 6, y otra gente, con partes plagiadas, con 8, 9 y 10. Y no pasó absolutamente nada. Tal cual. Con lo que uno se pregunta, ¿para qué el compromiso anti-plagio y el medir cuánto se ha plagiado un trabajo? ¿Si sólo se plagia una parte -como el artículo de El País, por ejemplo- ya vale?

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  13. Hombre, Ferrim. Es que eso ya es un cachondeo. La hipocresía vale para algo, lo de tu universidad me parece motivo para cambiarse.

    De todos modos ya se sabe que si copias a uno es plagio, si copias a 200 es investigación.

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  14. Ferrim,
    Lo que cuentas es realmente extraordinario. Se compran un software de detección de plagio, lo usan... y ¿no tiene ninguna consecuencia sobre la evaluación? El mensaje es casi el contrario al que debería darse. Esos trabajos deberían tener al menos una penalización, si no un cero.

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  15. Esto ocurrió hace varios años y no pongo la mano en el fuego por los detalles, pero sí que había notas altas en trabajos parcialmente plagiados, y que todos tenían algo menos el mío, también. Había valores bajos, desde luego. Y ya, claro, desconozco si hubo gente que sacó un 8 en vez de un 9 por plagiar, qué sé yo, algunos párrafos. Tampoco sé cómo funciona esta clase de software, porque a lo mejor citas un párrafo entre comillas, mencionando la fuente, y te lo cuenta como plagio.

    En realidad lo que ocurre es lo que tú comentas. Es práctica habitual buscar información en Google para comenzar a realizar un trabajo y acribillar un archivo de Word a base de copiar y pegar cosas útiles que encuentras por ahí. Después se van cambiando y modificando para adaptarlo a lo que interesa, pero hay frases y párrafos que sobreviven tal cual fueron pegados originalmente. Yo mismo he filtrado información de esta manera muchas veces, pero siempre he sido incapaz de entregar un trabajo en el que hubiera frases y párrafos no escritos por mí; no por un tema de ética, ni porque me hayan incidido en el tema del plagio, simplemente es que tengo la necesidad ser yo el que desarrolle y redacte una idea y ponerla a mi gusto, porque copiar y pegar lo puede hacer cualquiera. Necesito que lo que escribo sea mío, y las veces que tomo prestado un párrafo cito y dejo claro de donde viene; en alguna ocasión incluso me he referido a tal o cual libro o artículo como fuente de inspiración.

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  16. A sugerencia de Josu, dejo por aquí el texto de la normativa interna de la UPO que penaliza el plagio:

    Título II. Capítulo II. Artículo 14.2 y 14.3 de la Normativa de Régimen Académico y de Evaluación del Alumnado (aprobada en Consejo de Gobierno de la UPO el 18 de julio de 2006): “En la realización de trabajos, el plagio y la utilización de material no original, incluido aquél obtenido a través de Internet, sin indicación expresa de su procedencia y, si es el caso, permiso de su autor, podrá ser considerada causa de calificación de suspenso de la asignatura, sin perjuicio de que pueda derivar en sanción académica.
    Corresponderá a la Dirección del Departamento responsable de la asignatura, oídos el profesorado responsable de la misma, los estudiantes afectados y cualquier otra instancia académica requerida por la Dirección del Departamento, decidir sobre la posibilidad de solicitar la apertura del correspondiente expediente sancionador”.

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  17. Yo puntúo los trabajos mediante una serie de columnas en libreoffice Calc puntuando de 0 a 1 (normalmente 0, 0,5 ó 1) distintas características, conceptos, datos, resultados, etc. que todos deben tener. Además apunto en varias columnas algunos datos concretos de cada trabajo, que todos tienen pero con valores distintos.

    Cuando ya he corregido todos, los paso a otra hoja de cálculo, poniendo fondo resaltado a los de este curso y donde tengo también todos los corregidos en los últimos 8 años. Voy ordenando todos por cada uno de los datos concretos cogidos antes.

    Entre que al corregir de una forma muy objetiva salen prácticamente las mismas notas para los mismos trabajos, y los datos antes dichos, pues me es fácil pillar a los copiones, sobre un 2-3% cada año.

    Es importante en este caso que no haya más casos por ahí, para ello les exijo algunos pautas concretas: número de folios mínimo-máximo, número de puntos de tal o cual cosa, ...

    Por concretar son trabajos usando un software informático y tienen que hacerlo a partir de un enunciado que inventan o parten de alguno que encuentren por ahí y lo ajusten a sus necesidades (lo importante es saber usar el software), les pido también que pongan la fuente en su caso.

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  18. En la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), en la carrera de Filología Inglesa (no sé si en el resto de Filologías o en alguna otra carrera también) hacen firmar un documento en el que uno se compromete a no plagiar, etc, etc, tal y como cuenta Ferrim.

    Con lo que sí me he quedado estupefacto es con la evaluación y el medidor de plagio que es usado para... nada. Tremendo.

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  19. Miriam Subirana es autora de otros artículos pésimamente documentados sobre los supuestos beneficios de la meditación. Por ejemplo: http://nomehagasmuchocaso.wordpress.com/2012/02/22/todos-a-meditar/

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  20. En el NY Times rodaron cabezas por algo parecido...20 de junio de 2014, 5:19

    Tras leer esta nota de hace algún tiempo me preguntaba que pasó con la plagiadora y que repercusiones habría tomado El País dos años después...

    Parece que no mucho: http://elpais.com/autor/miriam_subirana/a/

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