1 de febrero de 2019

No todos los errores son "errores"

Mucha gente malintencionada piensa que la mayoría de los errores en los medios en realidad son "errores", es decir, manipulaciones o engaños deliberados por parte de los periodistas para arrimar el ascua a su sardina (sea esta ideológica, partidista, nacionalista, de clase, de empresa, o de equipo deportivo).

Pero yo creo que en realidad hay muchos errores inocentes, en los que los periodistas son más bien víctimas de las prisas, el ritmo despiadado de la producción diaria de un montón de contenidos, y la escasez de recursos en las redacciones. A veces incluso esas equivocaciones pueden ir en contra del argumento que el periodista, o el medio, pretendía hacer.

Por ejemplo, he sabido por un tweet de @juvenal que la noticia de portada de El Mundo del miércoles 30 sobre la última oleada del la EPA del año pasado ("El empleo vive su mejor año con la reforma que Sánchez quiere tumbar") se había desarrollado en páginas interiores con estos gráficos:


Como se ve por el titular claramente editorializante (dejamos esa discusión para otro día), el periodista que firma la noticia, o tal vez los jefazos de la sección de Economía de El Mundo piensan que el buen año del mercado laboral español desaconseja seriamente revisar la reforma laboral de 2012. El año no ha sido simplemente bueno, sino "el mejor" en creación de empleo, al menos desde 2006.

Los gráficos que acompañan a la noticia corroboran esa impresión positiva. O más bien, en realidad, lo hacen los dos primeros. El de más a la izquierda deja ver la reducción del desempleo desde su pico, a comienzos de 2013. El segundo muestra la evolución de la ocupación desde 2004 y en él también se observa la importante recuperación de los últimos años.

Lo interesante, en esta ocasión, es el tercer gráfico, más a la derecha, donde se ve la evolución de la tasa de actividad (activos divididos por la población de 16 o más años), también desde 2004, con un leve ascenso hasta aproximadamente rozar el 70% en 2008 y una caída posterior, que no parece haberse detenido, hasta llegar a un nivel que parece ser de aproximadamente el 64% en la última EPA.

La clave aquí es que la evolución de la tasa de actividad, según ese gráfico, no es demasiado buena y podría servir para poner en duda el entusiasmo del periódico. Pero lo gracioso del caso es que por error lo que representa el gráfico no es la tasa de actividad del conjunto de la población, sino la de la población masculina, que ha evolucionado peor que la tasa general, como se ve en este gráfico:


Puede apreciarse que la tasa de actividad general está relativamente plana desde 2008. Ha perdido unos dos puntos, mientras que la tasa de actividad masculina ha caído alrededor de cinco puntos. La evolución de ambas, claro, no tiene que ver solo con el empleo o la ocupación, sino también con el envejecimiento de la población. Pero en todo caso, lo llamativo es que en una noticia militantemente defensora del actual marco legal laboral, se ha colado un gráfico que representa equivocadamente una evolución de la tasa de actividad peor que la que realmente se ha producido.

¿Qué ha sucedido? Simplemente, que alguien al ir a preparar la gráfica se ha equivocado de columna al copiar los datos. Lo cual es disculpable, aunque tal vez podría esperarse que a periodistas habituados a escribir de mercado laboral (el autor y sus jefes) el gráfico les hubiera chocado lo suficiente como para haberlo revisado, especialmente cuando su presencia manchaba un poco la hoja de servicios irreprochable de la reforma laboral.

En todo caso, como les decía más arriba: despistes, prisas, cierres, pocas manos para muchas noticias... A la prensa también se le aplica el viejo dicho, conocido al menos desde Las Cuitas del Joven Werther de Goethe: "Los malentendidos y la negligencia crean más confusión en el mundo que el engaño y la maldad. En todo caso, estos dos últimos son mucho menos frecuentes."

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