26 de marzo de 2010

El robobo de la jojoya

Todos los medios han dado cuenta de un robo de joyas antiguas sucedido en Tarragona, que ha terminado con la recuperación del botín (o la mayor parte de él). Casi todos han hecho en el titular una referencia al supuesto valor de lo robado: 300 millones de euros (ejemplos: La Vanguardia, El Mundo). Luego en los textos aclaran que es el valor estimado por el propietario.

300 millones de euros son muchos, aunque sea para "cientos" de piezas. Incluso con 1.000 piezas, saldría un precio medio de 300.000 euros por cada una. Tal como lo cuenta El País podría ser que efectivamente esta familia tuviera muchos viejos tesoros. Pero aún así, cuesta imaginar que una fortuna semejante pueda estar guardada tan ricamente en una casa sin seguridad "para no llamar la atención". Por muy rico de vieja familia, y muy excéntrico que se quiera ser, semejante fortunón no se deja desprotegido en una casa a la que se va de vez en cuando.

De hecho, aunque los medios españoles no se hayan dado por enterados (no saben qué sudores me ha llevado a mi averiguarlo por Google) si el robo fuera efectivamente de 300 millones de euros, se podría considerar el mayor robo de arte de la historia, tras por delante del que sucedió en 1990 en el Gardner Museum de Boston, en el que se llevaron obras que se estima que valdrían hoy unos 300 millones de dólares. Aún más, sería el segundo mayor robo de la historia, de cualquier tipo, si se descarta el "robo" de Sadam Hussein, cuando sacó en 2003 1.000 millones de dólares del banco central de Irak por el simple procedimiento de dar la orden de que se los dieran, poco antes de huir y esconderse.

¿Por qué no tenemos entonces un despliegue de medios adecuado a este notición, con el que se podrían llenar horas y horas de radio y televisión? Pues sospecho que porque los medios no se acaban de creer lo de los 300 millones de euros. Pero tampoco se deciden a hacer algo para verificarlo y atreverse a ratificarlo o rechazarlo. Solución: se cuenta, pero no se le da importancia, y se atribuye la cifra al dueño, por si acaso. Eso sí, se construye un titular con los 300 millones. Lo que se llama tirar la piedra y esconder la mano.

14 comentarios:

  1. "De hecho, aunque los medios españoles no se hayan dado por enterados (no saben qué sudores me ha llevado a mi averiguarlo por Google) si el robo fuera efectivamente de 300 millones de euros, se podría considerar el mayor robo de arte de la historia, tras el que sucedió en 1990 en el Gardner Museum de Boston, en el que se llevaron obras que se estima que valdrían hoy unos 300 millones de dólares."

    Aquí ha cometido Vd. un error. Si el valor de lo robado fuera de 300 millones de euros no estaría tras el del Gardner Museum (300 millones de dólares) estaría por delante puesto que 300 millones de euros son unos 400 millones de dólares.

    Dicho esto, tiene toda la razón. El titular es un disparate tanto como ese relicario del S XII con la costilla de santa Baldesca ;-)

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  2. Gracias, José Luis, ha sido un errata. Quería decir "por delante de". Lo corrijo.

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  3. Varias cosas:
    1- No estoy seguro de que 300 millones de dólares de 1990 no sean más que 300 millones de euros de hoy, hay que tener en cuenta la inflación. Si alguien tiene tiempo y ganas, que busque los datos y eche las cuentas, no se cual es el tipo que se debería aplicar...
    2- Lo de "tirar la piedra y esconder la mano" lo hacen todos los periódicos todos los días. Ya no es sólo lo de citar las cifras de las manifestaciones, absolutamente discordantes, sin comprobar nada (parece que EFE ha solucionado esto últimamente), sino en general las declaraciones de los políticos. Por ejemplo, estos días aquí en Galicia hay muchas declaraciones cruzadas sobre la posible fusión de las cajas gallegas, que los periodistas citan sin más, pero sin dar un análisis propio de la situación. Conclusión: Los ciudadanos tenemos la certeza de que alguien (posiblemente todos) miente, que alguien (posiblemente todos) sólo cuenta la parte que le interesa del problema, pero nos quedamos como estábamos. Con estos medios, casi mejor que cierren todos y los ciudadanos ya nos suscribiremos a algún feed RSS de los distintos gabinetes de comunicación de los políticos y las empresas.

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  4. Elblogdesuso: como digo en el texto en Boston "se llevaron obras que se estima que valdrían hoy unos 300 millones de dólares".
    Es un valor estimado actualizado por las fuentes donde lo he encontrado.

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  5. Lo que sugiere Elblogdesuso me parece una idea excelente. ¿Pero por qué esperar a que los medios cierren? A nadie le obligan a leerlos.

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  6. A.B.: tu retirado argumento de que "nadie obliga a nadie a leer los periódicos" no es válido. La sociedad le otorga a los medios de comunicación una serie de "licencias": tener acceso a sitios donde no lo tienen los ciudadanos, poder mantener la confidencialidad de las fuentes de información, concesión de frecuencias para emisoras, etc.

    A cambio de estas concesiones, se espera de ellos una información medianamente rigurosa. No es un negocio como otro cualquiera.

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  7. Claro, pero las licencias son sólo para las teles y las radios. Y aquí estamos hablando de periódicos, mayormente. Un periódico online lo puede hacer cualquiera con cuatro duros.

    Lo de mantener la confidencialidad de las fuentes no lo pone en ningún sitio. De hecho han condenado a periodistas por no revelar sus fuentes, el último Antonio Rubio de El mundo.

    Con lo de tener acceso a sitios donde no lo tienen los ciudadanos no sé a qué te refieres.

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  8. Josu, mis disculpas por leer demasiado rápido (por lo de los 300 Millones)

    Y siguiendo el debate de los medios, desde mi punto de vista, no se trata de "licencias" ni nada, se trata de en qué consiste el trabajo de periodista. Que tampoco tiene que ver con el soporte, da igual si es papel, internet, la tele... A lo que yo me refiero es que si los medios quieren mantener su público tienen que aportar algo más que el copia-pega de las declaraciones oficiales: son periodistas, no notarios, su trabajo es informar, no dar fe.
    Tampoco se trata de si tienen acceso a personas o sitios a los que el ciudadano común no llega. Esto puede ser cierto en muchos casos, pero hay algo más. Pondré un ejemplo: cada vez que se cita una estadística pública (qué se yo, los datos del paro) se pueden recoger las declaraciones sin más del político de turno, o se puede ir a la fuente (las estadísticas oficiales, que son públicas y se pueden consultar), y comprobar la serie histórica, poner los datos en contexto, y darnos a los lectores/espectadores/clientes una información más contextualizada. ¿Podría el ciudadano de la calle hacer eso por sí mismo? En muchos casos sí pero... estamos muy ocupados, tenemos poco tiempo y ¡para eso compramos periódicos! Nosotros tenemos nuestro trabajo, que ellos hagan el suyo.

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  9. Bien, esa crítica es razonable. La cuestión es que los medios generalistas se han quedado en medio de ningún sitio, y por eso pierden lectores. Por un lado ha aumentado la competencia de medios frívolos (TV, básicamente), que cuentan noticias que antes contaban los periódicos (que nunca han sido tan serios como algunos creen). Y por otro, han aumentado los medios especializados y las fuentes directas. El acceso al INE o al BOE es mucho más fácil para todo el mundo. Cuando no lo era, la gente se conformaban con lo que le ofrecían los periódicos. Pero ahora no se conforman.

    ¿Cuál es el papel que le queda a los periódicos? No pueden optar directamente por contar chorradas, porque eso lo hace mejor la tele, y tampoco con hacer informes sesudos, porque para eso ya están los científicos. Así que optan por el camino de enmedio: Cuentan los cotilleos de los políticos, mezclados con datos cogidos de aquí y de allá. Y sobreviven como pueden.

    En todo caso yo veo todos los días reportajes y noticias muy interesantes y que contextualizan los datos. ¡Y no me da tiempo a leerlos todos! Claro, que hay que buscarlos, entre la maraña de tonterías. Lo que no se puede pretender es que el periódico esté todo lleno de información supercontextualizada y supersesuda.

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  10. Otra cosa. Sobre el tema de la fusión de las cajas gallegas: es que muchas veces ni siquiera los propios implicados sabe cómo está la movida. ¡Cómo van a saberlo los periodistas! Lo máximo que pueden hacer es contar lo que dicen unos y otros, y hacerse el puzzle. Obviamente todos dicen lo que les interesa, faltaría más. Pero es que la viabilidad de una fusión no viene tanto de las cifras concretas, sino de la intención política. No es como sumar 2 y 2.

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  11. Es increíble lo mal que me cae A.B. con su postura de defender lo indefendible.
    En general todos los medios de comunicación, más en los últimos tiempos de globalización y a acaparamiento de medios y más medios, solo se dedican a desinformar; no importa si es televisión, diario, radio o revista. En general todos los medios centralizados buscan reforzar sus propios intereses, por su puesto que esto fue así siempre pero es como que se va notando cada vez más para donde tira uno u otro.
    Acá en Argentina hasta son capaces de inventar noticias. Hay que tener mucho cuidado con lo que se escucha se lee o se ve.
    Reforzando esto, le dan poca atención a las noticias y solo se preocupan en sacarlas tal cual están, no comprueban fuentes, ni son capaces de buscar por sí solos las noticias.
    En los diarios digitales se ve únicamente lo que se va acentuando cada vez más en todos los medios. Uno en capaz de encontrar una noticia en la televisión donde dicen que el GROG es una bebida nueva para adolescentes y lo que hacen es buscar en Wikipedia y pegar en la pantalla los datos de Monkey Island. A uno le puede parecer gracioso pero me imagino a un padre que no no conoce el juego cuando lee que su hijo puede estar tomando una bebida que contiene líquido de batería.
    En fin, el periodismo actual es un mal de estos tiempos, pero que también nosotros alimentamos, comprando el diario o mirándolo por inet, o mirando la televisión o escuchando la radio.
    Cabe destacar que no tiene nada que ver si es o no es pago, simplemente a las grandes corporaciones no les importa informar solo hacerse con más dinero

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  12. Pues en cambio tú me caes estupendamente, Martín Rossi, porque haces autocrítica. Yo no defiendo nada, sólo intento explicar cómo son las cosas y por qué, sin cuentos baratos de buenos y malos.

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  13. @A.B. estoy de acuerdo contigo en que no todo puede ser "supersesudo". De hecho creo que cada medio y cada soporte tienen un "nivel de profundidad adecuado". Por ejemplo, un medio como la tele o la radio se ven limitados en tiempo y no pueden profundizar mucho, aunque de vez en cuando pongan un reportaje "de fondo". En cambio un medio de internet puede dar un resumen de la noticia y después poner enlaces a las fuentes, análisis en profundidad, etc, porque ahí será el lector el que elija con qué nivel de detalle quiere informarse.
    Pero no era eso exactamente lo que yo quería decir. Lo que yo creo es que el periodista sí que tiene que informarse en profundidad, y después darnos a su público una información más objetiva que la mera transcripción de un punto de vista interesado. Es decir: no comulgar tantas veces con las ruedas de molino de los políticos o las empresas. Si pueden darnos un resumen "mascadito" para ahorrarnos el trabajo a nosotros, mejor. Pero sobre todo: no repetir un dato o una afirmación sin más, sino comprobarla, y si es falsa hacerlo notar. Y no transmitir una verdad a medias que omite de forma interesada algún dato relevante, sino precisamente en ese caso aportar el dato que falta y clarifica la situación. Porque para repetir sin más una declaración o un corte de voz en una rueda de prensa sin preguntas ya nos llega con la propaganda o los comunicados oficiales, nos sobra el periodista.

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  14. Bueno, es que eso en la prensa de papel es bastante más habitual que en la prensa online. Lo que pasa es que ahora todo está mezclado, lo cual redunda en el desprestigio del papel.

    Pero eso mejorará a partir de ahora, con una versión web gratuita equivalente a la radio, y una versión de pago con los contenidos del papel. Le Monde empieza hoy a cobrar, aunque de forma paulatina.

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