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6 de marzo de 2022

Anumerismo a toda página (II): la falacia de los números absolutos

 El 25 de febrero el periódico El Mundo publicó dos piezas relacionadas, ocupando una página completa, sobre el problema de los accidentes de tráfico causados por personas mayores. La principal, encabezando la página con un gran titular, era esta:

Tráfico falla con los conductores mayores

El subtítulo decía: 

No reduce su siniestralidad con la intensidad que había previsto (un 10% en la pasada década). Tampoco se ha modificado el sistema para renovar el carné, el mismo con 65 que con 90 años.
La primera parte de la noticia, y el gráfico que la acompañaba, se dedicaba a justificar la primera frase. En 2011 Tráfico presentó una estrategia de seguridad vial hasta 2020, que incluía 13 objetivos. Con datos de 2019 (los de 2020 se ignoraron por la fuerte caída del tráfico debida a los confinamientos), sólo se habían cumplido 4 de los 13. Después se decía esto:

Uno de los que no se ha alcanzado era «recortar en un 10% la siniestralidad de los conductores mayores de 64 años». Eso obligaba a que, en 2019, se hubiese bajado a 185 fallecidos. La cifra real fue de 205, casi los mismos que se habían contabilizado en 2009.
La idea quedaba claramente ilustrada con este gráfico:

Todo en orden. La DGT y El Mundo de acuerdo en que la siniestralidad de los mayores no ha bajado como se proponían en la estrategia de seguridad vial. Pero como vio en Twitter mi fidelísimo confidente @juvenal_tw, había un problema importante: la propia noticia incluía un gráfico en el que se veía que el número de conductores de 65 o más años había aumentado en España en esos años mucho más que el número de conductores totales. Este era el gráfico relevante:


Con esas cifras, y las del gráfico anterior, se puede calcular la siniestralidad (fallecidos por millón) del conjunto de los conductores españoles, y de los mayores de 64, en el año 2009 y en el año 2019. Sale esto:

Variación en la mortalidad de conductores en España, 2009-2019.

20092019Variación
Todos los conductores
Conductores (millones)25,7327,326,18%
Fallecidos1.6921.139-32,68%
Fallecidos/millón65,7641,69-36,60%
Mayores de 64
Conductores (millones)2,864,3853,15%
Fallecidos2032050,99%
Fallecidos/millón70,9846,80-34,06%

Donde se ve que aunque el número absoluto de fallecidos entre los conductores mayores de 64 apenas ha variado, la siniestralidad, es decir el número de fallecidos en comparación con el número de conductores, ha descendido un 34,1%, que son solo 2,5 puntos menos que lo que ha descendido en el conjunto de los conductores (un 36,6%). 

Es decir, que básicamente el titular, y toda la noticia está construida sobre la falacia de comparar la evolución de datos absolutos cuando lo apropiado es comparar tasas. Evidentemente, la evolución en el número total de fallecidos no vale para comparar la siniestralidad entre dos colectivos cuyos efectivos han crecido un 6% (el número total de conductores) y un 53% (el de conductores mayores de 64). Porque como conté hace años en Cuadernos de Periodistas, la verdad suele ser (una cifra) relativa.

28 de mayo de 2020

El New York Times también lleva falacias en portada

Hemos hablado muchas veces en este blog de la falacia de los números absolutos, o el síndrome de "Andalucía encabeza" que dice mi amigo Juanjo Gibaja. Se trata del error de comparar en números absolutos cuánto pasa un fenómeno (da igual que sean coches vendidos, divorcios, enfermos de cáncer o estudiantes universitarios) en lugares con tamaños de población muy diferente. Eso no tiene sentido. Hay que acudir siempre a los números relativos, a las tasas: por 100, 1.000 o 1.000.000 de habitantes. Sólo así la comparación tiene lógica.

Y así, con los datos del covid-19, por ejemplo, no tiene lógica, sin más, decir que España tiene muchos más casos o fallecidos que Portugal. ¡Cómo no iba a tenerlos, si tiene más de cuatro veces más habitantes! Lo que tiene lógica es comparar las tasas de casos o  fallecidos por millón de habitantes... y ahí se ve que sí, que tenemos muchos más que Portugal también en relación a la población, y por tanto, tiene sentido preguntarse qué hemos hecho mal, o qué han hecho ellos bien, en relación con la epidemia.


Pues bien, desde hace semanas llevo viendo en los medios norteamericanos (o tal vez solo los progres) infinitas referencias a la situación del covid-19 en Estados Unidos que mencionan el hecho cierto, pero engañoso, de que es el país del mundo con más casos, y más fallecidos, por covid-19.Y en efecto, por lo que sabemos hasta ahora, lo es. Pero ese dato es poco informativo porque Estados Unidos es uno de los países con más población del mundo, y de lejos el más poblado entre los países ricos en los que, hasta ahora, con alguna excepción, se ha centrado la pandemia.

Por eso me produce tremenda decepción que el New York Times llevara anoche en la cabecera de su página web este texto:

Decir que la "death toll" (el número de víctimas) en Estados Unidos es "mucho más alto que en cualquier otra nación" es, en sentido literal, cierto, pero engañoso. Lo relevante para saber cómo de "grave" es la epidemia en un país no es el número total de víctimas. Es el número en relación a la población: y ahí Estados Unidos está todavía bastante mejor que unos cuantos países del mundo. Como se ve en este gráfico que he generado en la página de Our World in Data, con el número de fallecidos por millón de habitantes en varios países del mundo:



Destacar en un titular de portada que el número absoluto en Estados Unidos es el mayor del mundo es un engaño a los lectores impropio del periódico que pasa por ser uno de los mejores del mundo.


27 de septiembre de 2019

No te creerás dónde hay más gente que sigue viendo la tele convencional

Perdonen la burda imitación de los titulares-anzuelo de la prensa online más cutre. Es que ya no sabe uno cómo hacer para llamar la atención sobre el disparate que significa contar en números absolutos dónde hay más gente que hace tal o cual cosa.

El ejemplo de hoy está en una noticia de El País, "Los millones de personas que aún ven la tele", que subraya el hecho de que, a pesar de la popularidad en redes, y en los propios medios, de los contenidos de las plataformas de pago, que podría parecer que son consumidos por toda la población, y habrían convertido en marginales los de la televisión en abierto, en realidad esta todavía goza de muy buena salud, y sigue siendo, con gran diferencia, el medio más consumido.

Hasta ahí, todo bien. Pero llegamos a estas frases, donde encontramos, una vez más, la falacia de los números absolutos:
Estos espectadores se reparten por territorios clave: Andalucía es donde más se respeta el prime time, que cada noche de septiembre hasta la fecha ha atraído una media de 2.216.000 personas. Le sigue Cataluña (1.891.000), Madrid (1.543.000) y Valencia (1.393.000). Donde menos televisión generalista se consume en prime time es Murcia (374.000), Aragón (356.000) y Asturias (260.000).
Naturalmente, hay más gente viendo el prime time en Andalucía (8,4 millones de habitantes), que en Asturias  (Un millón). Lo asombroso sería lo contrario. Esa comparación es totalmente irrelevante para saber "donde más se respeta el prime time". Lo interesante, en todo caso, sería saber qué porcentaje de la población de cada autonomía sigue consumiendo ese tipo de programas. Y de hecho, en un cálculo a vuela pluma (sin tener en cuenta estructura de edad), resulta que el porcentaje en Andalucía (2,2/8,4) sería un 26%, básicamente idéntico al de Asturias (0,26/1). O sea que vaya usted a saber.

30 de mayo de 2019

Somos lo peor, edición gases de efecto invernadero

Una nota breve, para repetir, por enésima vez, que comparar en valores absolutos fenómenos de lugares con tamaños muy diferentes es completamente absurdo y no aporta ningún valor.

Y no, no lo digo por este "Andalucía encabeza" de libro que me envió ayer Juan de Olid (gracias).


Lo digo por este último ejemplo (¿hasta mañana? ¿hasta esta tarde?), este titular de ahora mismo en El País:

España, el país de la UE en el que más crecen las emisiones de efecto invernadero desde 1990

Tonto de mí, que sé que España flojea mucho en este campo, me lo he creído, y todavía, leyendo el primer párrafo, no me he caído del guindo, a pesar de que ya me lo estaban avisando:
España es el país de la Unión Europea en el que más crecieron las emisiones de gases de efecto invernadero en términos absolutos entre 1990 y 2017. En ese periodo aumentaron en 51,7 millones de toneladas, lo que supone un 17,9%. Este dato contrasta con del conjunto de la UE, que redujo un 23,5% sus emisiones en esos 27 años mientras el PIB crecía un 58%.
Cuando han puesto "en términos absolutos" he sido tan panoli que pensaba que querían decir "también en números absolutos". Porque no podía imaginar que sabiendo la importancia de esa dieferencia, hubieran escrito ese titular.

Qué ingenuo soy. Hay que llegar al tercer párrafo para leer que:
Chipre, con un incremento del 57,8% en este periodo, y Portugal, con un 19,5%, son los países que porcentualmente más aumentaron sus emisiones. Pero ninguno tiene un peso tan grande dentro de la UE como el de la economía española.
En efecto, "ninguno tiene un peso tan grande dentro de la UE como el de la economía española". De hecho, el peso de Chipre es tan pequeño que aunque los gases de efecto invernadero hubieran aumentado en España un 1,4%, ese aumento sería ya mayor, en toneladas, que el 58% de Chipre. Y si hubieran subido un 4,2% el aumento sería también mayor que el de Portugal.

Imaginen: aumento de gases del 4,2% en España, 19,5% en Portugal, y 57,8% en Chipre. Titular de El País: España, el país de la UE donde más han aumentado las emisiones de efecto invernadero desde 1990. ¿Sería de locos, verdad? Pues lo de hoy, también.
G
M
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2 de abril de 2019

Otro día, otra infografía inútil

En los comentarios a mi entrada del domingo, donde criticaba un mapa de España que coloreaba las provincias por el número absoluto de fallecidos, me alerta un lector de que El País publicaba el mismo domingo otro mapa igualmente inútil. Es este:



Esta vez no es por provincias, sino por comunidades autonómas, y no se colorean, sino que se representan sobre ellas burbujas de diferentes tamaños  (que afortunadamente, al menos, sí que tienen áreas proporcionales a los números que repesentan, algo hemos aprendido).

Pero el problema principal persiste: la información es poco útil porque lógicamente, en valores absolutos, los números más altos corresponden a las comunidades autónomas con más población. O más bien, esto sucede aproximadamente así, no del todo así. Si usted se sabe los tamaños de población aproximados de las comunidades autónomas, o al menos el orden entre ellas, verá en ese mapa "cosas raras": el número mayor está en Cataluña, no en Andalucía; la Comunidad Valenciana tiene más personas en espera que Madrid; Castilla-La Mancha muchas más que comunidades con población similar o mayor, como País Vasco, Castilla y León o Galicia...

Todo ello es interesante, y apunta a qué comunidades pueden estar mejor o peor que la media... Pero sólo se desprende del gráfico si el lector le añade sus propios conocimientos y empieza a hacer cálculos. Cosa que sería innecesaria si El País hubiera simplemente calculado, para representar sobre el mapa, los pacientes en espera por 1.000 o 10.000 habitantes, lo que requiere apenas unos minutos, muchos menos que los dedicados a aspectos formales de la infografía.

También podrían haber usado el mapa para representar otros datos que aparecen más tarde en el texto, como el número medio de días de espera hasta la operación o el porcentaje de pacientes con más de seis meses de espera. Ambas son variables que no dependen de los números absolutos, y por tanto, que apuntan por sí mismas, sin cálculos mentales del lector, hacia qué comunidades lo hacen mejor o peor en la gestión de este tema.

El número absoluto de pacientes no nos sirve para eso. Nunca. Da igual que usemos tablas, mapas coloreados, diagramas de barras, burbujas, o pirámides. No dan información valiosa y comprensible al lector, salvo que este use conocimientos previos, y haga cálculos mentales, que serán siempre imprecisos e incompletos. Por enésima vez: la infografía que no ayuda al lector a comprender mejor la información es una pérdida de tiempo y espacio. Un mínimo esfuerzo cambia un mapa inútil por un mapa muy informativo. ¿Por qué no se hace?

31 de marzo de 2019

¡Qué bien se está en Soria, que no se muere nadie!

Me escribe Antonio (gracias) señalando una noticia del Diario de Sevilla que dice que "Los hombres sevillanos, los que menos esperanza de vida tienen de España". Es un dato relevante y reseñable para los lectores de ese periódico, sin duda, así que en este caso la "localización" de la estadística de mortalidad parece claramente adecuada.

En realidad, el titular no es completamente exacto, como reconoce la propia noticia, porque Sevilla sólo tiene el valor mínimo si se excluye a los varones nacidos en Ceuta y Melilla. Dada la peculiaridad de esas poblaciones, su pequeño tamaño, y las limitaciones de los titulares, la licencia parece admisible. Hubiera sido más exacto decir algo como "Sevilla, la provincia con menor esperanza de vida masculina", dado que las ciudades del norte de África no son provincias. Pero el mensaje real, para el lector que no se adentrara en el texto, sería el mismo.

Lo que sí es más criticable es el poco cuidado de la redacción, ya que tras exponer los datos de Sevilla, y de otras dos provincias andaluzas con relativamente baja esperanza de vida, y explicar la exclusión de Ceuta y Melilla, la noticia dice lo siguiente:
La esperanza de vida media en España es de 84 años en los hombres y 89 años en las mujeres. Madrid es la provincia donde los hombres son más longevos (81,91 años) y Soria en la que las mujeres viven más (88,08 años). 
¿Notan ustedes algo raro? En efecto, el valor medio no puede ser mayor que el valor máximo. Es matemáticamente imposible que la media nacional de cualquier variable sea más alta que el valor máximo de esa variable en una provincia. Lo mismo pasaría con una media europea de cualquier cosa y los valores medios de cada país.

Aparte de la contradicción lógica, el párrafo plantea el misterio sobre el origen del error. Es decir, los datos de Madrid y Soria son correctos, y el error está en las medias nacionales. Las correctas son 80,37 años para los hombres y 85,73 para las mujeres. ¿De dónde salen los 84 y 89 años que aparecen en la noticia? Es difícil saberlo, aunque una posible pista es que la esperanza de vida a los 65 años, que también está en la web del INE, es de 19,12 años para los hombres y 22,97 años para las mujeres, lo que equivale a llegar a los 84,12 años en el caso de ellos y a los 87,97 años en el de ellas. En el caso de los varones, el dato, redondeado, coincide con el que aparece erróneamente en la noticia; en el de las mujeres, se acerca, pero no llega (se quedaría en 88 años).

En fin, no sabemos de dónde viene, pero en todo caso es un dato erróneo e intrínsecamente contradictorio con el resto de los datos de la noticia (que incluye un gráfico con la esperanza de vida de todas las provincias).

Para acabar de estropear la cosa, la noticia sobre esperanza de vida se completa con un mapa que colorea las diferentes provincias... ¡por el número total de fallecidos en cada una en el año 2017! Sí, aquí lo tienen:

Mapa de España con las provincias coloreadas, de más claro a más oscuro, según el número de fallecidos en el año 2017





















¡Qué sorpresa! El año pasado murieron más de 25.000 personas en provincias como Madrid, Barcelona, Valencia, Alicante, Sevilla... y en cambio murieron menos de 1.143 personas (punto de corte grotesco, por otra parte) en Palencia, Soria, Segovia, Ávila, Guadalajara... La provincia donde menos gente murió fue Soria, con 649 fallecidos. Con Segovia y Teruel, son las únicas provincias donde murieron menos de 1.000 personas. ¡Qué suertudos! No se entiende que estén justo hoy por Madrid quejándose de los problemas de la España vacía. Si leyeran el Diario de Sevilla se darían cuenta de lo bien que les va, en realidad.

Obviamente no, claro. Es un mapa irrelevante y sin valor, por caer en un error fácil de entender. De hecho, se acerca bastante al ejemplo completamente absurdo, inimaginable, que yo proponía hace 14 años:
Si yo les dijera que Madrid, Cataluña y Andalucía son las comunidades autónomas de España donde más gente muere cada año, y que en La Rioja, Ceuta y Melilla es donde menos gente muere, y que por lo tanto, si quieren ustedes vivir muchos años, deberían mudarse a una de esas tres comunidades, supongo que me responderían que soy imbécil. Claro que muere más gente cada año en Madrid que en La Rioja: en Madrid hay casi seis millones de habitantes y en La Rioja rondan el cuarto de millón.

Comparar las cifras absolutas de cualquier fenómeno relacionado con la población entre territorios con una población muy diferente es un disparate. Pero es un disparate que aparece con cierta frecuencia en nuestros medios.
Disparate en 2005, disparate en 2019. Y sin embargo, era fácil de evitar: el mapa se podía haber hecho con los datos, precisamente, de la esperanza de vida, que la propia noticia maneja. Y eso habría permitido, tal vez, ver patrones geográficos con algún interés. En su lugar, un mapa que nos dice lo que ya sabemos. Un desperdicio.

5 de julio de 2018

¿Están los médicos españoles mal distribuidos geográficamente?

Eso dicen, al parecer, según El País, los colegios de médicos (gracias, Rosa, por la pista):
“No faltan médicos, pero están mal distribuidos”, resume el presidente del Consejo General de los Colegios Oficiales de Médicos, Serafín Romero. El 58% de los doctores están en cuatro comunidades: Cataluña es la que más concentra (el 16,4% del total), seguida de Madrid (el 15,9%), Andalucía (15,2%) y la Comunidad Valenciana (10,5%). Las ciudades autónomas de Ceuta (0,1%) y Melilla (mismo porcentaje) son las que menos médicos activos tienen, seguidas de La Rioja (0,7%) y Cantabria (1,6%).
Hombre, con esos datos no podemos saber si los médicos están "mal distribuidos". Porque imagino que nadie pensará que debería haber los mismos médicos en La Rioja, con algo más de 300.000 habitantes, que en Andalucía, con sus 8,4 millones. Para saber si están "mal distribuidos" habrá que comparar la distribución de los médicos con la de la población (siendo más finos habría tal vez que mirar estructuras por edades, pero esa es una filigrana propia de expertos, innecesaria para una aproximación básica como la de una noticia de periódico).


Y al hacerlo resulta que según el INE, a 1 de enero de 2017, Cataluña tenía el 16,2% de la población, Madrid el 14,0%, Andalucía el 18% y la Comunidad Valenciana el 10,6%. Ceuta y Melilla tenían el 0,2% (cada una), La Rioja el 0,7% y Cantabria el 1,2%. Porcentajes muy parecidos a los de médicos. De hecho, las cuatro comunidades que concentran el 58% de los médicos suman el 58,8% de la población. Clavadito.

Así que el argumento general de "están mal distribuidos" parece básicamente falso, aunque haya algunos desequilibrios concretos (en Andalucía "faltan", en Madrid "sobran") que podrían tener su interés, pero de los cuales, claro, el lector de El País no puede enterarse leyendo esta noticia.

22 de septiembre de 2015

En La Rioja hay muchos menos cajeros que en Madrid ¿de verdad?

Otra vez El Mundo tropezando en la falacia de los números absolutos, también conocida como "Andalucía encabeza", esta vez en forma de mapa, publicado en su edición en papel. Vean:




¿De verdad nadie se ha dado cuenta de que simplemente están coloreando las comunidades más y menos pobladas? En fin, cuánta tinta desperdiciada. Con lo fácil que hubiera sido calcular una tasa de cajeros por 100 habitantes, por ejemplo. Así hubiéramos podido ver, qué sé yo, que Andalucía tiene menos cajeros (relativamente) que Cataluña, o incluso, precisamente, que La Rioja. ¡Habríamos aprendido algo que no sabíamos!

2 de noviembre de 2014

Repitan conmigo: en La Rioja hay menos de... NO es noticia

Hemos hablado mil veces aquí de la falacia de los números absolutos. Ya saben: "Andalucía encabeza..." la estadística de lo que sea (en números absolutos). Su reverso es "La Rioja es la comunidad donde hay menor número de..."

Esto, por supuesto, nunca debería ser noticia, ya que Andalucía es la comunidad más poblada y La Rioja la que menos (sin contar a Ceuta y Melilla). Los casos se repiten, pero no recuerdo que nunca hubiéramos visto uno en el propio periódico La Rioja, donde deberían ser especialmente conscientes de que su comunidad es siempre la última en "todo" (en números absolutos), sin que eso signifique realmente nada particular ni novedoso.

Así que me hace especial ilusión contarles que Larioja.com ha considerado digno de constituir una noticia el siguiente asunto:


Si acceden al texto verán que toda la noticia es un puro disparate, basado en comparar el gasto, en millones de euros, entre las CCAA de España, ignorando por completo su población.

Si ni siquiera en La Rioja se dan cuenta de la tontería que están haciendo, ¿qué podemos esperar de los demás?

9 de agosto de 2013

Otra vez: Cataluña, la que más....

Copio y pego el email de un lector (gracias, Antonio) que me da el trabajo hecho:

Sólo quería comentar otra noticia que por lo evidente me parece estúpida, pero que en cambio han recogido todos los medios de comunicación españoles: “Cataluña encabeza el ranking de empresas en quiebra” (y se añade que la siguen la Comunidad Valenciana y la Comunidad de Madrid).
También se destaca que en la cola están La Rioja y Cantabria.
Un simple visita a la web del INE nos dice que Cataluña es la comunidad con mayor número de empresas activas y que justamente La Rioja y Cantabria son las que menos tienen.
Resulta obvio pensar que la comunidad que mayor número de quiebras empresariales sea Cataluña.
Es más, sólo con los datos de empresas activas me atrevería a lanzar titulares a diario sin miedo a equivocarme, como que Cataluña es la comunidad que tiene más despidos, Cataluña es la comunidad que tiene más contratos, Cataluña es la comunidad que tiene más coches de empresa, etc. Y ojo, ¡todos sin ayuda del INE!
Retomando las quiebras de empresa, resulta curioso que la cosa cambia si cruzamos datos y nos pasamos a los porcentajes, con lo que La Rioja se sitúa precisamente por delante de Cataluña en número de quiebras.

Enlaces
Aparece en casi todos los medios, pero como ejemplo, dos muy dispares (idiomática, geográfica e ideológicamente): El Mundo, Ara.cat.

2 de enero de 2010

Vigo, la más infectada

Hace unos días me escribió Indy (gracias) con esta noticia de lavozdegalicia.es, que tiene ya un par de meses, pero merece la pena comentar: Vigo, la ciudad gallega con más ordenadores infectados.

Vean cómo arranca:
Vigo, con un 3%, es la ciudad gallega con mayor número de ordenadores infectados por bots, software que una vez introducido en el ordenador sirve para que los hackers tomen control remoto del mismo y puedan realizar diferentes acciones, como el envío de spam, de virus, gusanos o troyanos. Le siguen A Coruña, con 0,76%, Lugo con 0,45%, Pontevedra con un 0,31%, Santiago con un 0,21% y Ourense con un 0,18%.
Como no se informa sobre cuál es la base 100 de esos porcentajes, uno asume que son los ordenadores existentes en cada ciudad. Y como los porcentajes son pequeños, pues uno también se cree que pueda haber esa diferencia entre unas ciudades y otras.

La pregunta inmediata que surge, claro, es cómo se sabe qué porcentaje del total de ordenadores están infectados. Y claro, no se sabe, como veremos luego. Pero lo más alarmante viene en el segundo párrafo:
A nivel nacional, Madrid encabeza el ranking de ciudades con ordenadores infectados que están enviando spam, con un 25,92%; seguido por Barcelona, con un 15,52%; mientras que Vigo quedaría en la sexta posición.
Un momento. ¿El 25,9% infectados en Madrid, el 15,5% en Barcelona, el 3% en Vigo, el 0,2% en Santiago? ¡¡¡Oh, no!!! Estamos otra vez ante la falacia de construir rankings basados en números absolutos (encubiertos como porcentaje del total nacional). Claro que Madrid es la primera y Barcelona la segunda... ¡¡en todo!! Todos esos números no tienen ningún valor informativo, porque están fuertemente correlacionados con el porcentaje de la población nacional que vive en cada una de esas ciudades (o más precisamente con el porcentaje de los ordenadores, que puede ser algo distinto en función del nivel de desarrollo económico). Lo único que podría ser medianamente interesante sería el porcentaje de ordenadores infectados (lo que yo creía al principio que eran los datos, por ciudades).

Pero para eso habría que tomar muestras aleatorias de ordenadores en toda España, cosa que no tenemos, porque la fuente de la información es una muestra autoseleccionada:
Los datos han sido extraídos de los usuarios que han utilizado la solución gratuita Panda ActiveScan durante el mes de octubre y cuyos resultados han encontrado infecciones causadas por alguna de las diferentes familias y variantes de bots.
Es de suponer que los que hacen este tipo de pruebas online son los que detectan algún comportamiento extraño en su ordenador, por lo que, evidentemente, no son una muestra representativa de todos los usuarios de España, sino, quizá, de los usuarios "con problemas". Así que, con suerte, si el número de los que usaron el servicio es lo suficientemente grande, podría ser interesante ver la ratio de lo que sí encontraron infecciones, entre los que los buscaron, por ciudades o zonas geográficas (mi sospecha es que variará poco, porque es dudoso que los comportamientos informáticos "de riesgo", como el acceso a páginas dudosas, o la navegación sin programas antivirus o similares, estén distribuidas de forma muy distinta en diferentes partes de España).

Lo que ya es de traca es este párrafo, que insiste en el error:
España encabeza la clasificación mundial (con un 44,49% del total) de ordenadores infectados. Le sigue muy por debajo Estados Unidos, con un 14,41%; México, con un 9,37%, y Brasil, que baja a un 4,81%. Entre los países menos infectados, figura Perú, Holanda y Suecia, con ratios por debajo del 1%.
Claro, de entre los usuarios de los servicios de Panda online, España encabeza el ranking... seguido muy de lejos por Estados Unidos. Y los países como Holanda o Suecia están entre los "menos infectados". Apuesto algo a que los ordenadores menos infectados aún son los de Mónaco, el Vaticano, Liechtenstein.

En fin, un texto irrelevante de principio a fin, que no aporta ninguna información de ningún interés para nadie, excepto para Panda, claro, que le ha metido un gol a lavozdegalicia.es.